La escalada de tensión entre los partidos del Pacto alcanzó ayer un momento clave en el pleno del Parlament, cuando Podemos hizo realidad su amenaza de votar en contra del Ejecutivo del PSOE y Més en lo que se refiere a los nombramientos de altos cargos. Lo hizo con el PP, a partir de una moción de los populares. El resultado fue la aprobación, con los votos de los dos partidos y de Ciudadanos, de varios puntos de la propuesta popular, el más relevante el de instar al Govern a destituir a Juli Fuster al frente del Ibsalut (por haber sido nombrado por la consellera de Salud, Patricia Gómez, quien es su pareja) y a Pau Thomàs, hijo del socialista Vicenç Thomàs, vicepresidente del Parlament, como asesor de la conselleria de Trabajo.

El debate de la moción, con duras acusaciones y en medio de un ambiente bronco, reflejó hasta qué punto se han deteriorado las relaciones entre los partidos del Pacto. La seriedad de los rostros no dejaba dudas. La noche anterior, después de que el Consejo Ciudadano de Podemos acordara votar en el pleno la propuesta del PP, el líder del partido, Alberto Jarabo, mantuvo una conversación por whassap con la presidenta, Francina Armengol, en la que esta le dejó claro que no cedería a la exigencia de Podemos de que destituya al socialista Francisco Fernández Terrés como gerente de la empresa publica Sitibsa.

Armengol no efectuó declaraciones, aunque al acabar el pleno contestó con un escueto "no" a la pregunta de si atendería al mandato parlamentario de destituir a Fuster y Thomàs. "Nosotros seguiremos trabajando", añadió. Para entonces, el Govern había emitido un comunicado en el que afirmaba que "todos los nombramientos de altos cargos del Ejecutivo cumplen con los criterios de transparencia, idoneidad y ética", a la vez que mostraba su confianza en que el "acuerdo" entre Podemos y PP para la votación de ayer fuera una "cuestión puntual". El Govern añadía que lo ocurrido "en ningún caso afecta a los puntos establecidos en el acuerdo de gobernabilidad" entre PSOE, Podemos y Més.

En los pasillos del Parlament, la portavoz de Podemos, Laura Camargo, advirtió que en lo que se refiere a los nombramientos de cargos "aumentará la tensión" y su partido "seguirá tensando la cuerda" si el Govern "sigue igual". Con ese "igual" se refería a la negativa del Ejecutivo a cesar a Fernández Terrés. "Pedimos la regeneración de la vida política de estas islas que tanto han padecido la corrupción y lo seguiremos haciendo", afirmó.

No obstante, aseguró que Podemos no tiene intención de romper el Pacto con PSOE y Més. Los tres partidos se reunirán hoy en la comisión de seguimiento del Pacto para tratar sobre lo ocurrido.

Ayer, el PP no aceptó la enmienda de Podemos por la que se pedía la destitución de Fernández Terrés, por lo que no se llegó a votar. Sí acepto la que instaba al Govern a no nombrar cargos cuyos superiores tengan cualquier relación de parentesco "hasta el cuarto grado", que salió adelante con los votos de PP, Podemos y Ciudadanos.

Carlos Saura fue el encargado de defender en el pleno la postura de Podemos. Lo hizo arremetiendo primero contra el PP al que dijo, tras recordar su historial de corrupción, que llegó a ser "un sindicato del crimen" y que "es a la regeneración lo mismo que la mafia calabresa a la seguridad ciudadana". Por ello, afirmó que Podemos no votaba con el PP, sino "con la ciudadanía", a la vez que insistió en que su partido no podía aceptar el nombramiento de Fernández Terrés, del que aseguró que es "un político profesional de los que llenaron la costa de cemento". Añadió que, al mantenerlo, el PSOE demuestra que no ha cambiado "de verdad", una crítica que también lanzó Josep Castells, de Més per Menorca. No obstante, Més no apoyó la moción del PP que, en palabras de su portavoz en Mallorca, David Abril, sólo buscaba "desgastar al Govern".

La portavoz socialista Pilar Costa fue la más dura contra Podemos, al que acusó de "vilipendiar" a los cargos, y le emplazó a que, si cree las insinuaciones de corrupción que lanza contra Fernández Terrés, debería denunciarlo en otro lugar, refiriéndose a los tribunales. "Me causa tristeza que un partido de izquierdas que aboga por la regeneración lo acabe haciendo de la mano del partido más corrupto que ha tenido Balears", concluyó.