El norte de África sigue hundiéndose por efecto del terrorismo y de la sucesión de revueltas y contrarrevueltas iniciada en la primavera de 2011. Los últimos golpes están provocando que algunas grandes empresas se marchen de la región. Es el caso de Riu. La cadena mallorquina está analizando qué hacer con los hoteles que explota en Túnez, después de que uno de ellos, el Marhaba Imperial, sufriera el pasado 28 de junio el mayor atentado perpetrado por fundamentalistas en el país. En él murieron 38 personas, la mayoría turistas británicos.

La prensa tunecina aseguraba ayer mismo que, tras un verano de debacle turística, Riu había decidido irse. Apuntaban que la cadena mallorquina ya negocia para indemnizar a todos los trabajadores afectados por la marcha, así como para compensar a los propietarios de los hoteles que explota.

Fuentes de la empresa mallorquina afirmaban ayer sin embargo que no hay ninguna decisión tomada. La cadena lleva quince años instalada en Túnez, por lo que está sopesando con calma la estrategia a seguir. Aunque los pasos dados hasta ahora dejan claro que Túnez no vive un momento feliz: Riu ha cerrado tres hoteles ya esta temporada por su baja ocupación, en un verano en el que el país ha perdido un millón de clientes como consecuencia directa de los dos atentados contra objetivos turísticos (el de Riu y el que se desarrolló en el museo de El Bardo). "La situación del sector turístico en Túnez es muy complicada", corroboran en Riu, donde solo confirman que están "en conversaciones con los propietarios de cada hotel para decidir qué hacer en cada caso". "En estos momentos hay tres hoteles cerrados por la temporada de invierno, una decisión que se ha tomado en conjunto con los propietarios de cada hotel por la baja ocupación", señalaron en Riu a Efe.

Los hoteles cerrados hasta ahora son el ClubHotel Riu Bellevue Park, situado en Port El Kantaoui; el Riu Marillia, de Hammamet; y el ClubHotel Riu Palm Azur, ubicado en Djerba. La cadena explota otros seis.