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Mercado laboral

Pasar de 2.000 a 15.000 mediaciones al año

Trabajo va a impulsar la inscripción de personas en el Soib que ahora no lo hacen aunque eso suponga elevar las cifras del paro

La Escuela de Hostelería jugará un papel fundamental en la formación de los parados. M. Massutí

En estos momentos, el Soib solo interviene en unas 2.000 mediaciones al año a la hora de poner en contacto a una empresa y un parado para que éste acceda a un puesto de trabajo, una cifra claramente insuficiente para una comunidad con más de 50.000 desempleados registrados en plena temporada turística, según reconoce el director general de Empleo, Llorenç Pou. El objetivo que se ha fijado a la hora de diseñar la reforma de este servicio autonómico es que en 2017 esa cifra haya crecido ya hasta las 15.000 mediaciones, y que a lo largo de 2016 ese incremento sea ya notable y evidente de cara a la próxima temporada turística.

Porque desde el Govern no se oculta que el prestigio del Soib como herramienta para la colocación de parados está en niveles muy bajos. La prueba más evidente de ello, según Pou, es que Balears tiene la tasa más alta de parados que no están inscritos como demandantes de empleo: un 30%.

El director general aporta otro dato igualmente significativo: se estima que en las islas hay unos 20.000 jóvenes ninis (no estudian ni trabajan), pero solo 9.000 están inscritos en el Soib.

Por ello, se pone de relieve que este organismo "debe dejar de ser visto como un lugar que solo sirve para apuntarse para cobrar una prestación por desempleo, y pasar a ser apreciado como un ente que da servicio a los ciudadanos, no solo a los desempleados que buscan un puesto de trabajo, sino también a aquellas personas ocupadas que aspiran a un empleo mejor, y a las empresas. Queremos que la gente se apunte al Soib incluso aunque no esté parada", afirma Llorenç Pou.

Porque en su opinión, el diseño que se tiene que dar a este servicio debe ir más allá de la actual crisis, y ser útil también para una próxima etapa de reactivación laboral.

Por ello, Pou admite que uno de los primeros pasos que se van a dar es "ir a buscar a los jóvenes" que están sin ocupación para que se inscriban. Y lo mismo con los desempleados de larga duración y que ya han perdido todo derecho a una prestación.

¿El riesgo? Que eso genere un incremento de las cifras de paro registrado, al incorporarse a las mismas personas que ya no tenían ocupación pero que no se inscribían por no ver ninguna utilidad en ello.

"Lo que no vamos a hacer es trampas en el solitario", afirma Pou, en referencia a la estrategia que en su opinión desarrolló el PP: buscar bajar las cifras de parados sin tener en cuenta si se trataba de un descenso real ni la calidad de los nuevos puestos de trabajo que se estaban generando.

El objetivo de multiplicar las mediaciones entre el el desocupado y los empresarios de las islas es factible, según Pou, debido a la mayor facilidad que existe en las islas para encontrar una oferta de trabajo y porque muchas de esas solo precisan de una cualificación media o media-baja, pero además por la estrategia de adaptar la formación de las personas sin empleo a las necesidades empresariales.

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