Pobre España, ese país considera noticia que un presidente USA anuncie desganado su visita a las colonias. En Mallorca, ni te giras si te cruzas a un Obama por la calle, pero compartimos con Washington la apatía de nuestros gobernantes. Por ejemplo, Alberto Jarabo me llamó a principios de julio:
-Mañana proponemos un candidato de consenso para director general de IB3 al PP, que no lo aceptará. El Consell de Govern del viernes cambia la ley de dos tercios a tres quintos, y lo nombramos ya.
Pasaron los meses, y no tenemos claro que el Pacto logre nombrar a un solo cargo de IB3. Mi teoría: Francina Armengol y el productor Jarabo han sido los primeros interesados en que el canal autonómico siga en manos del equipo de parásitos del Sanador Bauzá. ¿Qué papel juega Biel Barceló? No sé quién es. Mientras sus socios discuten asuntos aburridos, el expresident de Més acude a los partidos del Mallorca como espectador de a pie, sea por humildad o por esquivar a Uff Claassen. Por masollorquinismo, en cualquier caso.
En el Govern cunde el asombro porque, cada vez que surge el asunto de IB3, “Jarabo insiste en que hay que escuchar a los productores”. Este mediocre sector ha conseguido las peores audiencias de la historia de la televisión mundial y propuso a un senador del PP, José Manuel Ruiz, como “persona idónea” para director general del canal astronómico. Cuando el propagandista de Bauzá dejó el cargo para fracasar como candidato popular a Calvià, las productoras lloraron la pérdida “por su buen quehacer al frente de IB3”. ¿Ha desembarcado Podemos en el Parlament para obedecer a esta casta?
Ruiz fue sustituido por el anodino Josep Maria Codony, que mantuvo a IB3 arrodillada al servicio del PP. Y surge aquí la aparente sorpresa. Cuatro meses después de las elecciones, el único asunto en el que coinciden Jarabo y Armengol es en la continuidad del equipo de Bauzá al frente del canal público, mientras enredan con modelos y concursos de méritos. Esto es un hecho, vamos con la interpretación.
“Un momento”, escucho la protesta de los lectores atentos, “¿no ha descalificado el Govern Armengol a Codony, obligándole a rectificar la digitación del incauto Antoni Bauzá al frente de la televisión?” En efecto pero, primo, el director general de IB3 no hubiera efectuado el nombramiento sin la autorización expresa o tácita de los actuales gobernantes o de los pretéritos, véanse las amistades peligrosas de Sant Francesc d’Antich. Secundo, no se puede mantener a alguien a quien se acusa en documento oficial de que “estaréis incumpliendo la ley” y “a sabiendas de que no es correcta”, dos elementos de un delito concreto. Jamás un ministro ha desautorizado por escrito a uno de sus secretarios de Estado. Pero sobre todo, nunca ha mantenido a su subordinado en el cargo tras acusarlo oficialmente de desobedecer una ley a conciencia.
Para entenderlo, hemos de viajar brevemente a la recepción de Felipe VI en La Almudaina, el mes pasado. Estaban todos los que no son, les habíamos advertido. Entre ellos, los inqueros Codony y Francina Armengol, que prolongan delante de testigos una conversación anterior. El director general de IB3 estaba muy interesado en su interlocutora presidencial, “mirarás por mí, en aquello que te dije”. A cambio garantizaba su devoción eterna a la líder socialista. Entonces, la presidenta le juró ante el Rey a su amigo.
-No te fallaré.
Y no le ha fallado, mientras torea a la afición. La relación de Codony con el clan de la presidenta se remonta a los vídeos electorales que grabó la televisión de Inca para el candidato socialista a alcalde Jaume Armengol, que ostenta este linaje como padre de la inquilina del Consolat. El responsable del canal astronómico de PP/PSOE pasó de vendedor de Ford a las aventuras audiovisuales. Ahora tiene que aguantar como sea hasta el año que viene, mientras el humillado Antoni Bauzá se pasó su único día en el cargo preocupado por no estar a la altura.
Empecé mi carrera entrevistando a Moses Malone en 1982, por lo que desde entonces solo podía ir cuesta abajo. No demasiados periodistas pueden presumir de una dilatada conversación con el sumo reboteador y anotador que acaba de morir, pero creo que soy el único que le ha arbitrado un partido. Antes de empuñar el silbato, me decía en el hotel Valpalaíso de Palma que “mi gran obsesión es ganar el campeonato de la NBA”. Mallorca le inspiró, y al año siguiente obtenía su anillo con los Philadelphia 76ers. ¿La receta para promediar trece rebotes por partido? “Mi único secreto es colocarme bien y saltar sin miedo”, confesaba en la conversación que hoy nos ilustra gracias a una foto de Mateo Terrades. Este nombre me suena.
Malone encabezaba una expedición de la NBA a Mallorca, con monstruos como Artis Gilmore, Dennis Johnson, Norm Nixon, Jamaal Wilkes, Robert Parish o Paul Westphal. Estaban movilizados por Nike. Se relajaban jugando a tenis, seis horas seguidas, o practicando el golf, 72 hoyos. Eran máquinas de matar, en vísperas de jugar un partido en Madrid contra la selección española.
Conviví dos días con los astros de la NBA, en una operación periodística pilotada como siempre por Tomeu Garcias. Para adaptarse a las normas europeas, surgió la idea de que me encargaría de arbitrar un partido de preparación a los norteamericanos en Son Moix. Les aseguro que pánico es contemplar al repujado Dennis Johnson cabalgando hacia ti mientras trepida el parquet porque le has señalado pasos, o soportar la mirada glacial de Malone al cargarle una personal. Fue la mejor preparación para lidiar con Cañellas, Matas o Bauzá. Vean Una semana en Córcega. Sin su pareja, claro.
Reflexión dominical petrificada: “El hombre es el único animal que arroja dos veces la misma piedra”.
