La consellera de Salud, Patricia Gómez, afirmó ayer en una comisión parlamentaria que el Ib-Salut arrastra este año un déficit de 165 millones de euros herencia de la anterior gestión del PP y se comprometió a que, pese a estas dificultades financieras, devolverá a la ciudadanía "los derechos y servicios públicos perdidos".

Gómez, que compareció ayer tarde para exponer la política que se propone desarrollar durante la legislatura, aseguró que tanto el cierre de centros de salud por las tardes como la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares y otras medidas planteadas para ahorrar realmente lastraron las finanzas públicas.

Anunció que trabajará para aumentar y mejorar la contratación de las plantillas de profesionales de la salud pública, integradas actualmente al 50 % por interinos y eventuales, para lo cual convocará oposiciones.

Reiteró que antes de que concluya 2015 se reabrirán los centros de salud por las tardes y avanzó que se convocará un nuevo concurso de oficinas de farmacia de acuerdo con las condiciones establecidas en la reforma de la ley.

La consellera se comprometió también a renovar o construir diversas infraestructuras asistenciales entre las que citó la ampliación del hospital de Manacor así como la creación en Mallorca de una residencia para enfermos y familiares desplazados desde Eivissa, Menorca y Formentera.

También ratificó que los antiguos hospitales de Son Dureta y Can Misses serán habilitados como centros de atención sociosanitaria, transformación que también prevé acometer con el Verge del Toro de Maó. Por último, defendió el proyecto de implantar los estudios de grado de Medicina a partir del próximo curso para potenciar la investigación y la llegada de fondos para sufragarla así como para mejorar la calidad asistencial de la sanidad balear.

Vicenç Serra, representante del PP, reprochó a Gómez que no concretara cuándo va a implantar las medidas anunciadas ni que cuantificara cuál será su coste.