Primera Diada de Mallorca con Miquel Ensenyat al frente del Consell. Durante la entrega de las medallas de oro y los premios Jaume II en el Teatro Principal, el presidente insular aprovechó para exigir a Madrid, una vez más, el fin del "expolio y trato colonial" que entiende que sufren los ciudadanos de Balears en términos de financiación: "Aportamos más que nadie y recibimos menos que nadie".

"Basta de lamentarse, hemos de decir 'basta' de manera contundente: no pedimos ningún capricho, pedimos justicia", insistió en su discurso, en el que también hizo referencia a la celebración del Año Llull. En el 800 aniversario de su muerte, Ensenyat propuso crear un centro de estudio y difusión de referencia mundial en La Real: "No puede ser que esté en Friburgo, en Alemania", consideró. Anunció asimismo la puesta en marcha en 2016 de un plan de participación para que los mallorquines intervengan en la toma de decisiones sobre el Consell, "empezando por esta misma Diada, que se ha de repensar".

El que fue alcalde de Esporles por Més también tuvo un recuerdo para los refugiados sirios y consideró que aunque Mallorca vaya a recibirlos, eso "no basta", ya que lo que hay que hacer es "acabar con el conflicto que los ha hecho emigrar y no permitir que se creen nuevos". Añadió: "Hace falta que los ciudadanos digamos ya basta".

Ensenyat aludió también al Tricentenario de la Guerra de Sucesión y al Decreto de Nueva Planta, que supuso "la progresiva marginación de nuestra lengua y el intento de hacer desaparecer la conciencia de unidad lingüística catalana, y hasta ahora", indicó, "pero los malloquines seguimos siendo fieles al 'siau qui sou' de Guillem d'Efak". Ensenyat mencionaba así a uno de los galardonados de este año, cuyo premio lo recogió su viuda Mónica Pastor, de una lista que incluyó a Aina Moll, que recibió una de las ovaciones más emotivas de la noche con todo el público puesto en pie, la Institución Pública Antoni Maria Alcover y la Escola de Música i Danses de Mallorca. "Nunca reconoceremos lo suficiente su trabajo por nuestra lengua y nuestra cultura", celebró el presidente.

Representantes de todas estas entidades subieron ayer al escenario a recoger su distinción, como también lo hizo Carles Bona, el marido de la rectora Montserrat Casas, nombrada entre aplausos hija adoptiva de la isla a título póstumo. Gabriel Alomar fue distinguido como hijo predilecto: "Los separa el tiempo, pero los hermana un gran trabajo intelectural y un fuerte compromiso social", dijo Ensenyat. La distinción la recogió Cosme Bonet, instructor del expediente.

También desfilaron por las tablas del teatro representantes de Dones de Llevant, la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca y la Associació per la recuperació de la Memòria Històrica, "por su lucha por la dignidad". Los integrantes de Memòria Històrica exhibieron camisetas en favor del derribo de sa Feixina. Del jesuita Josep Maria Casasnovas, cuyo galardón el público celebró en pie aplaudiendo al unísono, se alabó su "dedicación a los necesitados" y del equipo de fútbol Llosetense "sus grandes resultados". La tienda Casa Roca fue premidada como emblema del pequeño comercio y también se celebraron los 75 años de de la Coral Sant Jaume.

Y mientras el Principal aplaudía a los premiados, miles de personas de la Part Forana emprendían su caminata a Lluc. Ensenyat se acordó de ellos al subrayar que ese camino "es como la vida" y que "lo que conforma a un pueblo es compartir ese camino".