Los dos últimos años el curso ha empezado con huelga en Balears. Ayer las clases arrancaron en el archipiélago sin protesta alguna, pese a que la convocatoria de huelga indefinida sigue ahí, así como el malestar de fondo por la aplicación de la LOMCE. Algunos claustros volvieron a lucir la camiseta verde, aunque menos que otros años.

Un total de 163.874 alumnos, desde Infantil hasta Bachillerato, fueron recibidos ayer en los centros educativos por 15.538 profesores. El Govern quiso aprovechar la jornada para escenificar el inicio de una nueva etapa tras cuatro años de recortes "muy dolorosos". Así se expresó la presidenta Francina Armengol en su visita al colegio Jaume I de Palma junto al conseller March y el alcalde, José Hila; una visita institucional que se dejó de hacer la anterior legislatura.

Armengol habló de "normalidad" y recordó que la plantilla de profesores ha aumentado en 364 docentes, pero admitió que queda "mucho por hacer" y que "llevará tiempo deshacer el dolor". Martí March fue más allá y aseguró que el curso empieza de forma normal "desde el punto de vista educativo, psicológico y emocional". El lunes recibirá de nuevo a los comités de huelga de STEI-i, CCOO y Assemblea de Docents para tratar de finiquitar las negociaciones y desactivar la huelga.

La vuelta al 'cole' no dejó grandes incidencias, menos en el colegio Alexandre Rosselló de Palma, donde los alumnos no iniciarán las clases hasta el lunes ya que ayer aún había restos de las obras de este verano.

Vicente Rodrigo, presidente de la federación de asociaciones de padres FAPA, consideró que este curso no es normal debido a la LOMCE, pero señaló que tampoco es tan conflictivo como los otros: "Hay que esperar a que las aguas vuelvan a su cauce". Abogó por rebajar la tensión y centrarse en dialogar y trabajar. La federación FAIB-CONCAPA fue más negativa y habló un inicio "inestable y con nubarrones de tormenta" por temas como los conciertos del Parc Bit o la convocatoria de huelga.

Tanto desde los sindicatos como desde la Assemblea denunciaron haber detectado aulas con muchos alumnos. Toni Baos, de CCOO, valoró que el plan propuesto por Educación prevé medidas para corregir estas ratios el curso que viene y pidió responsabilidad a los trabajadores. Desde el STEI-i, Biel Caldentey achacó estas cifras, así como el mal estado de las infraestructuras, a la herencia del anterior Govern. Confió en conseguir un diálogo "provechoso" para "poder desconvocar unitariamente la huelga". La Assemblea habló de un curso "más sereno" pero anunció que seguirán llevando el verde "como emblema de una escuela digna".

En los centros concertados, a los que asisten 52.300 alumnos, tampoco hubo ningún problema grave. Así lo indicó Marc González, desde la patronal Escola Catòlica, que se mantiene a la espera de reunirse con el conseller, al que ven "muy centrado en la pública". En esta línea, el sindicato FSIE exigió que la mesa de concertada se convoque ya este mes y no en octubre.