La isla acogerá a un primer grupo de cien refugiados procedentes de Grecia, Italia y Hungría a partir de octubre y que residirán en el antiguo albergue de la Platja de Palma, cerrado en 2012 y que quiso vender el PP. Así lo anunció ayer la consellera de Servicios Sociales y Cooperación, Fina Santiago, después de mantener una reunión con los responsables de bienestar social de los cuatro consells insulares.

El plan de actuación para recibir a los sirios en Mallorca "ya está puesto en marcha". La consellera explicó que a partir de octubre "podría llegar el primer grupo de refugiados", compuesto por cien personas, aunque no detalló qué perfil de personas vendrían (familias, niños, personas mayores) ni en qué condiciones, ya que aún "no se ha sabe".

Durante la última semana, el Govern calculó en 300 los refugiados que llegarán a la isla, aunque Santiago subrayó la necesidad de "ser solidarios" e indicó que "no descarta que puedan ser más". Todo dependerá de la gestión y reparto del Gobierno, que tiene en cuenta la población y el PIB de cada comunidad autónoma.

Según Fina Santiago, el Estado incide en que los sirios deben alojarse en un mismo espacio. Por ello, el Govern balear ofrece el antiguo albergue de Palma como primera residencia para los refugiados. Un espacio único en el que caben 120 personas y ya "está acondicionado". "Solo hará falta limpiar y revisar la cocina y la caldera", explicó Santiago.

En cuanto a la organización, la consellera destacó que Cruz Roja será la entidad encargada en la atención e integración de los refugiados al tener suscrito un acuerdo con el Gobierno. El Estado se hará cargo de los costes del transporte y de dotar a Cruz Roja de los recursos para gestionar su atención, aún indefinidos. Y aunque Cruz Roja tiene un papel clave, Santiago señaló que será necesario la colaboración "de todos" los ciudadanos.

En una primera fase, el Govern, junto con Cruz Roja, se encargará de atender y dar refugio a los sirios. "Se valorará cada caso y se les proporcionarán los servicios sanitarios que necesiten", apuntó la consellera, quien destacó que se les entregará una tarjeta sanitaria a cada uno de ellos "como la de cualquier residente". El primer periodo durará entre cuatro y seis meses hasta que los refugiados estén integrados y puedan pasar a ser trasladados a una "residencia fija, estable y acomodada". "A medida que haya sirios que se desplacen a otros municipios llegarán más refugiados que ocuparán su lugar en el albergue", detalló la consellera.

En una segunda fase, Fina Santiago señaló la labor y la importancia del grupo técnico, con especialistas en asistencia social, sanitaria y laboral de las administraciones públicas y de entidades como la iglesia católica, ayuntamientos o asociaciones civiles. Según la consellera, durante este periodo se deberá buscar un colegio a los niños, una vivienda, un centro sanitario o un trabajo a cada familia. "Se trata de integrarlos en la sociedad mallorquina", comentó la consellera.

Además, Santiago mostró su desacuerdo a enviar a refugiados a viviendas de particulares, e indicó que eso sería solo en caso "excepcional". Y aunque no está en la norma y Santiago no lo aconseja, la posibilidad de convivir con una familia mallorquina persiste entre las opciones.