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El riesgo de quedarse fuera del reparto

Las organizaciones sociales admiten su preocupación ante la posibilidad de perder los ingresos de las herencias

No es mucho dinero, pero es muy útil. Un elevado número de organismos dedicados a desarrollar labores sociales reciben cada año unos 3.000 o 4.000 euros por el reparto de las herencias intestadas que hasta ahora se remitía desde el Estado a los ayuntamientos de las islas o a la Comunitat Autònoma. Pero ante la decisión del ministerio de Hacienda de convertirse en el único responsable de asignar estos fondos, muchas temen quedarse fuera del reparto, especialmente las más pequeñas, según reconoce la gerente de Coordinadora, Aurora Bonet. El argumento es simple: a estas asociaciones de pequeño tamaño les resulta cada vez más difícil aspirar a obtener fondos cuanto más lejos está de ellas el responsable de asignarlos.

Bonet señala que la perdida de esos miles de euros anuales no pone en peligro a estas asociaciones, pero sí puede limitar su actividad. Como ejemplo, apunta que las cantidades que se recibían de los abintestatos se utilizaban en muchas ocasiones para poder cubrir los gastos derivados de las campañas informativas y de concienciación sobre la gravedad de algunas enfermedades a cuyos afectados atenían.

Como ejemplo del alcance de estos fondos, basta recordar la forma en que se repartieron los abintestatos registrados el pasado año, y que aparecieron vinculados a vecinos de Palma y de Llucmajor.

Con ese dinero, en el reparto provincial recibieron entre 3.000 y 4.128 euros organizaciones como Médicos del Mundo, la Fundación Unicef, la asociación y la fundación Síndrome de Down de Balears (Asnimo y FSDIB), la de Esclerosis Múltiple (Abdem), Mallorca Sense Fam, La Sonrisa Médica, la coordinadora balear de personas con discapacidad (Cocemfe), Amadip-Esment, Veterinarios Sin Fronteras, Cruz Roja, Banco de Alimentos, Cáritas, Amnistía Internacional, las Hermanas Franciscanas de la Caridad o el GOB, a los que se suman otras muchas.

Por su parte, el ayuntamiento de Palma asignó su tercio a la Parroquia Sant Pau, a la Asociación Pastoral Penitenciaria, a La Sapiencia, a la asociación de vecinos del Camp Rodó, a la fundación de ayuda a los niños abusados (Rana) o a la de salud mental Gira-Sol, entre otras. Llucmajor optó por dedicar 12.000 euros a la asociación de ayuda al acompañante del enfermo (Adaa), al instituto de trabajo social y de servicios sociales (Intress) y a la Fundación Deixalles, y 3.000 euros a la parroquia de Sant Miquel y a la Cofradía de Penitentes del Cristo de la Agonía.

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