"Es sobre todo un problema de ritmos y cargas excesivas de trabajo, favorecidas por la precariedad en las contrataciones". Este diagnóstico sobre las causas que están favoreciendo el incremento de los accidentes en los centros de trabajo de las islas es compartido por los representantes de UGT y de CCOO en materia de salud laboral, Xisco Mulet y Rogelio Marín respectivamente.

A los asalariados cada vez se le exigen más horas de trabajo y se vulneran sistemáticamente los tiempos de descanso, lo que conlleva un agotamiento que favorece el que se registren accidentes, según afirman. Y esta situación no discrimina por sectores. Así, se recuerda que las plantillas que este año están trabajando en el sector turístico son insuficientes para atender el incremento que se ha dado en la llegada de visitantes (se insiste en que uno de los ejemplos más claros es el caso de las camareras de piso, a las que se obliga a atender un número excesivo de habitaciones), pero se apunta que algo similar se está registrando en la construcción, con una fuerte presión para que los empleados acaben las obras en plazos muy ajustados y con escasez de personal para abaratar costes, lo que explica el aumento de los siniestros detectado también en esta actividad.

Mulet pone un ejemplo: su sindicato ha denunciado el caso de una lavandería que estaba obligando a sus empleados a trabajar nueve horas diarias durante seis días a la semana, con solo una jornada de descanso, "lo que vulnera el Estatuto de los Trabajadores y el convenio colectivo". Según el representante de UGT, eso explica que el 20% de los asalariados de esta empresa se encuentre en situación de baja temporal. El problema, según Mulet, es que el juicio contra esta empresa se ha fijado para el mes de mayo del próximo año.

Ambos representantes sindicales coinciden en un aspecto: las elevadas tasas de paro y el miedo a perder el puesto de trabajo está llevando a muchos empleados a aceptar unas condiciones de explotación inaceptables, hasta el punto de tener miedo de pedir una baja por enfermedad ante el temor a quedarse sin un salario. Se pone un ejemplo en este apartado: a un trabajador con un contrato temporal, éste solo se le puede renovar una vez. Para poder contar con estos empleados durante más tiempo y con contratos muy cortos, lo que se hace es despedirlos y volver a llamarlos al cabo de poco tiempo, hasta el punto de poder acumular entre seis y siete contratos al año en una misma empresa. Según los sindicatos, estas personas saben que si se ponen enfermas no volverán a ser llamadas, lo que aumenta su vulnerabilidad, ya que al no pedir una baja, su deterioro físico se va agravando hasta llegar a un punto de grave pérdida de la salud.

Mulet y Marín coinciden con el conseller de Trabajo, Iago Negueruela, a la hora de señalar a la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy como una de las causas de este problema, al haber potenciado los sistemas de contratación temporales y a tiempo parcial, lo que hace que sea más difícil que un empleado adquiera la formación necesaria para evitar que se produzca un accidente durante el desempeño de su trabajo.

Por todo ello, se valora la intención del nuevo Govern de Francina Armengol de activar un plan de choque encaminado a detectar y combatir los comportamientos antes señalados y a identificar las formas de trabajar que favorecen la accidentalidad.