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Corrupción

El juez acusa a Matas de construir el Palma Arena sin ningún tipo de control

Castro responsabiliza al expresident del Govern en un auto de la construcción del velódromo que conllevó un sobrecoste de 62 millones

El juez José Castro no se olvida de las piezas separadas del caso Palma Arena que quedan abiertas, entre ellas la llamada principal donde se investiga cómo se construyó el velódromo público del mismo nombre, al margen de cualquier control administrativo, y qué pasó con los 62 millones de sobrecostes, hechos que en un reciente auto atribuye al expresident del Govern del PP Jaume Matas.

El magistrado está a punto de conseguir dos años más de vida profesional, debido a una reforma legal que permite aplazar su jubilación forzosa a los 70, una edad que cumplirá el próximo diciembre, hasta los 72. En esos 24 meses planea finalizar las piezas separadas que siguen abiertas y concluir una instrucción que empezó en 2008.

El instructor dictó el pasado 1 de septiembre un auto abriendo juicio oral por uno de los flecos de menor importancia del Palma Arena: el supuesto amaño de tres obras de menos de 30.000 euros y que sirvieron para allanar el terreno donde luego se levanto el velódromo. En esta pieza aparecen implicados el exdirector general de Deportes con Matas, José Luis-Pepote Ballester y cuatro constructores. Pero la resolución judicial parece que ha sido dictada contra Matas, que no está encausado en esta pieza, pero al que Castro atribuye un papel protagonista en el caso.

El instructor afirma que Matas se planteó en 2004 conseguir, de manos de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y para Palma, la adjudicación del Mundial de Ciclismo en Pista de marzo de 2007, lo que requería la construcción de un nuevo velódromo cubierto.

El proyecto empezó a gestarse sin "estudios sobre su viabilidad económica", sin calibrar si había otros objetivos prioritarios para gastar los fondos públicos y sin analizar si daría tiempo a construir el velódromo antes del Mundial.

Sin control alguno

La UCI aceptó Palma como sede del campeonato y Matas, el 27 de septiembre del 2004, propuso al Govern la construcción del Palma Arena, idea que fue aprobada por el Ejecutivo pese a no haberse redactado los informes técnicos necesarios.

Matas, a continuación y, siempre según Castro, diseña un plan para edificar el velódromo "al margen de cualquier mecanismo de control" administrativo y poder imponer sus decisiones personales y eludir cualquier responsabilidad. "Para ello nada mejor que encargar la construcción a un organismo gestor, carente por definición de control administrativo previo": el Consorcio para la Construcción del Velódromo Palma Arena. El president del Govern consiguió mediante ese consorcio, que actuaba como un órgano colegiado, mandar en el proyecto y eludir toda responsabilidad personal.

El Consorcio fue constituido el 23 de septiembre del 2005 e integrado por el Govern, que puso los fondos, el Consell de Mallorca, que aportó los terrenos y Cort, que también financió el proyecto.

Castro añade que, en el interín entre que se creó el Consorcio, Matas se sirvió de otro organismo público, Illesport, para "dar cobertura jurídica formal" a sus decisiones sobre el proyecto.

También delegó en su subordinado Pepote Ballester, director general de Deportes y miembro del patronato de Illesport, para que figurara como el supervisor del velódromo. Illesport simuló celebrar reuniones para tomar unos importantes acuerdos sobre el velódromo que ya había decidido antes Matas.

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