Los fuertes chubascos y tormentas de ayer afectaron durante una hora y media la actividad del aeropuerto de Son Sant Joan. En poco más de diez minutos, el aeropuerto de Palma registró 38 litros por metro cuadrado. A consecuencia del temporal, se tuvieron que desviar ocho aviones internacionales por rayos y temporal. Las lluvias inundaron una parte de la plataforma de estacionamiento de aviones, que permaneció cerrada durante media hora hasta que los técnicos achicaron todo el agua. Además, el mal tiempo afectó a los aviones que debían despegar sobre las once de la mañana, lo que provocó retrasos de más de una hora.

La tormenta de ayer ralentizó la dinámica del aeropuerto de Palma. Ocho aviones tuvieron que ser desviados a otras zonas: dos aviones, uno de Manchester y otro de Belfast se desviaron a Eivissa. Dos más, de Arlanda y París cambiaron su ruta hacia Barcelona. La ruta de Glasgow acabó en el aeropuerto de Valencia y la de Newcastle en Girona. Y otros dos vuelos, de Marsella y Gatwick, volvieron a sus respectivos aeropuertos porque acababan de despegar.

"Los desvíos fueron a causa de la fuerte tormenta, en ningún caso la pista estaba en mal estado", subraya la portavoz de Aena. Los problemas llegaron sobre las once de la mañana en una parte de la plataforma de estacionamiento que se inundó. Los técnicos achicaron el agua durante algo más de media hora, mientras los aviones se desviaron hacia otra zona de estacionamiento. "El aeropuerto es muy grande y eso no afectó al operativo de los aviones ya que se desplazaron a otra circunscripción", apunta la portavoz.

Decenas de aviones retrasaron la hora de despegue por las fuertes lluvias y tormentas de la mañana de ayer. Las fuertes lluvias, y sobre todo los rayos y el granizo, hacían imposible que el aeropuerto continuara con su actividad normal.

Según destacó la portavoz de Aena, la situación duró poco más de una hora y media, hasta que la tormenta pasó. "Sobre la una o las dos de la tarde el aeropuerto volvió a la normalidad", apuntó la portavoz, quien destacó que la pista en todo momento estuvo operativa y los problemas "fueron mínimos". Y aunque la base aérea cuenta con un departamento de meteorología, "las previsiones no alertaban de su intensidad", concluyó.