­Como adelantó este diario, los presuntos abusos sexuales del exprior de Lluc Antoni Vallespir a un joven acogido en ese monasterio como blauet y en el de es Secar de la Real no se investigarán en vía penal, al ser declarados prescritos. La juez de instrucción 5 de Palma cerró ayer el caso al estimar que la supuesta víctima tardó demasiados años en denunciar unos hechos, que habrían ocurrido entre 1993 y 1998, cuando contaba entre 13 y 18 años.

El auto ha estimado las alegaciones de Jaime Campaner, letrado de Vallespir, que había pedido el sobreseimiento de la causa al estimar prescritos los presuntos delitos. La fiscalía también echó cuentas y llegó a la misma conclusión: la imposibilidad de investigar la denuncia por prescripción. El auto puede recurrirse por la acusación particular en nombre ante la Audiencia.

La jueza explica que el entonces menor denunció que el padre Vallespir abusó sexualmente de él aprovechándose de su ascendencia como sacerdote, amigo de su familia y "tutor" durante su estancia en los dos monasterios. No hubo violencia.

El caso estuvo tipificado hasta 1996 como estupro y con posterioridad como abusos sexuales. La Ley establece que la fecha de prescripción (entre 10 y 15 años, según los delitos) debe contarse a partir de que la víctima cumplió 18 años, es decir en abril del 1998. En consecuencia, en marzo del 2015 cuando se interpuso la denuncia, habían transcurrido 17 años.

Niega los abusos

El padre Vallespir no ha llegado a declarar por estos hechos, pero ha desmentido los presuntos abusos. Desde que tuvo conocimiento de la presentación de la denuncia, el obispo Javier Salinas tomó cartas en el asunto personalmente. El prelado decidió suspender cautelarmente al sacerdote acusado, Antoni Vallespir, al conceder veracidad a los indicios que aparecían en la denuncia -la abogada del blauet aseguró que presentaría "pruebas irrefutables".