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Aportación pública

Microsoft plantea reflotar su centro con dinero público, pero el Govern le exige que invierta

El proyecto ha costado 1,5 millones a los baleares, y la multinacional no ha puesto ni un céntimo - Los gestores de Bauzá dejaron deudas de 150.000 €

El edificio del centro tecnológico que se suponía más puntero de las islas está cerrado. Le han cortado la luz. Nadie responde al teléfono, porque nadie hay. Solo oscuridad y unas cuentas ruinosas. El cartel sigue ahí, tan colgado como el proyecto en Mallorca de los creadores de Windows. Así se lo encontraron los nuevos responsables del Govern de PSOE y Més en julio, que, como sus predecesores del PP, no tuvieron a bien informar del cierre del centro Microsoft a los ciudadanos que lo han pagado a escote desde su concepción en 2008 y su inauguración en 2009.

Y no piensen que salió barato: 1,5 millones de euros públicos ha costado en seis años el MICTT (por las siglas de Microsoft Innovation Center Tourism Technologies, en inglés, que suena más moderno y 3.0). La cuenta la hace Pep Lluís Pons, director general de Innovación del Govern Armengol (PSOE), nombrado por el vicepresident del que depende jerárquicamente, Biel Barceló (Més). Ahora el germen de lo que iba a ser "el Silicon Valley" mallorquín, según la descripción luminosa e iluminada del expresident que luego arruinó el centro (Bauzá), es solo otro local vacío en el Parc Bit. Y parece que lo seguirá siendo: el departamento de Innovación del Govern, dependiente del vicepresident Barceló, está dispuesto a escuchar cualquier propuesta que haga Microsoft, pero ni se plantea seguir aportando dinero público en solitario. Que es lo que ha hecho hasta ahora el Govern, primero con el Pacte y luego con el PP de Bauzá. 400.000 euros al año, según el convenio firmado en tiempos del socialista Antich con Microsoft, que a cambio ponía "conocimiento". La plantilla la pagaba Balears. También la sede. Los contribuyentes de las islas financiaban hasta los equipos que se usaban en el centro que lleva el nombre de una de las multinacionales de referencia del mundo de la tecnología. "Eso no puede seguir siendo así", resume el nuevo director general de Innovación, que recalca que cualquier propuesta de Microsoft para reflotar el centro pasa por que la multinacional se olvide de la subvención constante como forma de funcionamiento.

La propuesta del centro Microsoft

Con lo que ya pueden dar el centro por liquidado. Cerrado está y cerrado seguirá. "Microsoft nunca pondrá dinero", explica uno de los muñidores del acuerdo original firmado en 2008 con la multinacional, que se ha sentado a hablar con cargos de la empresa en los últimos meses. Según fuentes conocedoras de la negociación, el gigante americano fundado por Bill Gates ofreció al Govern en tiempos de Bauzá una opción para evitar el cierre: el centro aportaría el 66% del presupuesto, que saldría de las ventas de sus servicios, y el Govern pondría el 33% restante. ¿Y Microsoft? Nuevamente lo mismo: conocimiento. Y la marca, claro. Ni un dólar. De pagar ta se encargaba el contribuyente balear. El Govern Bauzá ni siquiera dio respuesta al planteamiento realizado por el último director del centro, Luis Bendito, que con su equipo pasó meses buscando soluciones que evitasen el descalabro. No lo lograron. "Fue una espantada y nos gustaría que los responsables de Microsoft nos explicasen qué ha pasado", subraya ahora Pep Lluis Pons, que no parece dispuesto a pasar una en aras de la foto mediática con los padres de Windows que tanto buscaron los presidentes Antich y Bauzá.

"Es que me hace muy poca gracia que jueguen con nuestros impuestos. Tenemos una responsabilidad frente a la sociedad, por lo que no aceptaríamos para reflotar el centro nada que pase por las condiciones anteriores [que solo pague el Govern balear]. Y no partimos de cero: partimos de una deuda que han dejado con proveedores y empleados, y de los 1,5 millones de euros de inversión que ya ha hecho el Govern, y no Microsoft", argumenta el director general de Innovación, que insiste en que "lo primero" es solucionar el marrón heredado. Que no es pequeño. Asciende a 150.000 euros de facturas en las cajones dejadas por los gestores de Bauzá, el presidente que se fue presumiendo de no legar facturas en los cajones.

Deudas

El grueso de la deuda es con los proveedores, aunque también hay trabajadores con meses pendientes. Por el camino, según fuentes del patronato del centro (en el que, por cierto, no estaba representada Microsoft), se perdieron ayudas europeas para proyectos del MICTT. La razón era simple: una institución con deudas con Hacienda y la Seguridad Social no puede aspirar a fondos europeas. Así que el Govern Bauzá legó una deuda impagada y miles de euros en ayudas perdidas por esa deuda. Y Silicon Valley se va al garete. Aunque la realidad es que nunca existió, como insinúa Pons, que critica la deuda y se pregunta "qué ha obtenido Balears a cambio de esos 1,5 millones públicos". Nadie es capaz de explicarlo en el Parc Bit. Lo tendrá que hacer Microsoft, pero los creadores de Windows hace ya meses que dejaron el chiringuito colgado.

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