Francina Armengol salió por la puerta del palacio de la Moncloa más satisfecha de lo que esperaba ella misma. La presidenta de Balears consiguió arrancar de Mariano Rajoy la negociación urgente de un nuevo Régimen Especial para Balears (REB) para impulsar nuevas inversiones y compensar la mala financiación de las islas. Asimismo, consiguió aplazar cuatro años los proyectos de inversión estatutaria que durante la pasada legislatura no se realizaron y que ahora Madrid reclama. Donde Armengol no pudo ablandar al presidente del Gobierno fue en el aumento del objetivo de déficit, fijado en el 0,3%, y que el Govern ya ha anunciado que incumplirá por inasumible.

A las once en punto, Armengol entraba en el palacio de la Moncloa y no salió hasta las doce y media. Tuvo una hora y media de debate intenso y privado con Mariano Rajoy. La mayoría de presidentes autonómicos que acuden a entrevistarse con el presidente del Gobierno permanecen entre media hora y 45 minutos con él. La entrevista con Armengol duró casi el doble. La presidenta del Govern salió "muy satisfecha por lo conseguido y por la cordialidad del presidente". Sobre la larga entrevista, la presidenta consideró que Rajoy "era perfectamente consciente de la situación de injusticia que vivimos en las islas". No obstante, en declaraciones a este periódico, Francina Armengol quiso dejar claro que en caso de no cumplir sus promesas "será la primera en reclamar y denunciar el incumplimiento" por parte de Madrid.

El logro más importante alcanzado ayer por Armengol es, sin duda, la urgente convocatoria de la comisión bilateral para negociar un nuevo Régimen Especial que compense de alguna forma a las islas por la insularidad y su elevada aportación al conjunto del Estado. Esta comisión para analizar la financiación del Estado con Balears, no se ha reunido en los últimos cuatro años, pese a que en Balears gobernaba el PP. Rajoy anunció a Armengol que ordenaría al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que la convocase por la vía de la urgencia. En esta comisión será donde se abordarán todas las cuestiones de financiación, las inversiones estatutarias, como es el caso de la Platja de Palma que Bauzá paralizó y ahora Madrid reclama el dinero, y también el convenio de carreteras. También consiguió que Madrid se comprometiera a hacer efectivo el pago para poner en marcha dos desaladoras, especialmente la de Eivissa, para solucionar el problema del agua de la mayor de las Pitiüses.

Rajoy le dio a entender que modificar todo el sistema de financiación de todas comunidades era un tema en el que no estaba dispuesto a entrar. Pero sí creía que se debían solucionar desigualdades como las que padece Balears.

Objetivo de déficit del 0,3%

Donde se mostró intransigente el presidente del Gobierno fue en incrementar el objetivo de déficit para el año próximo. La presidenta del Govern cree injusto que solo puedan alcanzar el 0,3%, cuando el Gobierno central puede llegar al 2%. Le hizo saber a Rajoy que pensaban incumplirlo, puesto que obligaría a prolongar los recortes en sanidad y educación y no están dispuestos a aceptarlo. Balears cree que debe tener un margen de, como mínimo, del 1,5%.

A lo que también se opuso Rajoy fue a modificar la Ley de Hidrocarburos para poder paralizar las prospecciones petrolíferas. Pese a ello, en Madrid creen que difícilmente pueda prosperar algunos de los proyectos sísmicos para buscar petróleo.

La LOMCE fue otra de las cuestiones que la presidenta de Balears puso sobre la mesa de la Moncloa y que el presidente del Gobierno no estuvo por la labor de abordar ni tampoco estudiar su paralización como le pidió Armengol.

La jefa del Govern también planteó a Rajoy la necesidad de que Madrid asuma el pago de los medicamentos para la hepatitis C que al Govern le cuestan 25 millones de euros al año. De igual modo, le recriminó la amenaza de sanción a Balears por haber dado la tarjeta sanitaria a los inmigrantes. También le pidió que acoja a personas inmigrantes en asilo y que Balears está dispuesta a recibirlos.

La presidenta del Ejecutivo de Balears se ofreció a Rajoy para hacer de puente o de enlace con Cataluña, postura que agradeció. "Las islas, por su cercanía a Cataluña, por su historia, por la cultura y la lengua común podríamos encontrar un espacio común de diálogo y entendimientos con el fin de conseguir que Cataluña se sienta cómoda en España", aseveró Armengol.