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Aportación pública

Bauzá dejó hundido el centro de Microsoft que vendió como "Silicon Valley turístico"

El instituto MIC de Innovacción Tecnológica de Turismo para su actividad, ahogado por las deudas y ya sin plantilla - Nació hace siete años en el Parc Bit

El vicepresident Económico de Bauzá, Aguiló, juega con uno de los equipos tecnológicos de Microsoft en Palma, en 2012. caib

El Silicon Valley mallorquín se desmorona de la mano de quien lo publicitó como tal. El centro de innovación tecnológica aplicada al turismo al que Microsoft daba empaque y el Govern soporte está herido de muerte. Así lo dejó el equipo del ya expresidente José Ramón Bauzá (PP), que meses después de hacerse fotos en el Parc Bit con directivos de Microsoft e innovadores locales dejó de dar respaldo económico a unas instalaciones de investigación que, pese a llevar el nombre de Microsoft, dependían de (mínimas) aportaciones de empresas tecnológicas mallorquinas y sobrevivían de inyecciones anuales de dinero autonómico. Dejaron de llegar en el tramo final de la legislatura de Bauzá, cuando el Govern se limitó a hacer una aportación final de 200.000 euros para pagar parte de las deudas con la Seguridad Social, Hacienda y la plantilla. Los recursos no han dado ni para abonar lo que se debe aún a los proveedores y a los profesionales del centro. La consecuencia es que, según confirman fuentes del Parc Bit y del propio complejo de innovación, el MIC Tourism Technologies de Microsoft (como lo llamaban pomposamente en inglés) está inactivo. Abandonado. Su último gerente, Luis Bendito, trabaja desde en Madrid en una empresa consultora ajena a Microsoft y la quincena de trabajadores que sostenían el día a día del centro están fuera. Sin empleo y, en algunos casos, con nóminas o trabajos realizados pendientes de cobro.

El centro nació hace siete años, en septiembre de 2008, cuando el Govern presidido por el socialista Francesc Antich firmaba un acuerdo con Microsoft que era todo ventajas para la multinacional fundada en 1976 por Bill Gates y Paul Allen: el Govern se comprometía por convenio a inyectar al proyecto 400.000 euros al año, además de aportar las instalaciones que ocupaba el MIC en el Parc Bit. La teta pública también nutría a la iniciativa "público-privada" (dijeron) de equipos tecnológicos y plantilla, además de pagar la difusión de las acciones formativas y divulgativas que se impulsasen desde el proyecto de Microsoft. La colaboración llevó a que en 2010 la multinacional anunciase la creación de una subsede en Panamá del centro mallorquín, con el que, según dijeron, pretendían liderar la innovación turística en América Latina.

El acuerdo creció, regado de euros autonómicos, hasta el cierre de 2014, ya con el Govern Bauzá, que durante la legislatura hizo suyo el proyecto para venderlo públicamente como el germen de un polo tecnológico llamado a ser "el Silicon Valley de la innovación en turismo", según descripción del entonces president. José Ramón Bauzá se pronunciaba así en septiembre de 2012, durante una convención en el Parc Bit promocionada desde el Govern como la primera cumbre mundial de Microsoft fuera de Estados Unidos. La empresa multinacional, que presumía por su parte de tener en Mallorca el único centro mundial de innovación turística, aseguraba entonces que su compromiso con la isla era "estratégico". "El trabajo y los resultados en Mallorca nos hacen ser muy optimistas de cara al futuro. El de Palma es nuestro centro con más vocación internacional", decía en septiembre de 2012 la presidenta de Microsoft Ibérica, María Garaña. Para reforzar la imagen de compromiso, a la cita del Parc Bit acudía hasta el entonces embajador de Estados Unidos en España, Alan Solomont, que aseguraba que la multinacional americana estaba en la isla para "ayudar a Mallorca a crear una economía basada en la innovación". Eran tiempos en los que Bauzá y su vicepresidente Económico se hacían fotos jugando con inventos de la compañía creadora de Windows, que luego les cerró la ventana.

Microsoft ponía solo la marca

¿Qué aportaba Microsoft al proyecto en el que decía estar tan volcado? Lo explica un antiguo miembro del patronato del centro de innovación: "Ponía la marca y aportaciones en especie: el know-how y la experiencia en I+D". Pero ni un euro. Lejos de eso, el centro se financiaba con dinero público y con las aportaciones que buenamente podían hacer desde una decena de pequeñas y medianas empresas tecnológicas con presencia en las islas, que ponían entre 2.000 y 5.000 euros al año. Así que el sostén era público. Y se acabó en el tramo final de la legislatura de todos los recortes, la misma en la que Bauzá prometió que haría de la innovación y la educación la autopista hacia el futuro. Lejos de eso, en la última reunión del patronato del centro, con Miquel Bernat (PP) todavía en la gerencia del Parc Bit, se debatía si declarar un concurso de acreedores, después de que algunos proveedores hubiesen empezado a denunciar los impagos.

"El problema queda ahora para los que llegan [al Govern], que están pensando cómo hacer para pagar a los proveedores a los que Bernat [el exdirector del Parc Bit] dejó tirados", explicaba ayer uno de los acreedores. Fuentes no oficiales del Parc Bit confirmaban este extremo, para lamentar las consecuencias de la espantada de Microsoft: "Ahora se venderá como un desastre para Balears y la investigación e innovación aquí, y es verdad que el proyecto para el Parc Bit era importante, pero si tanto interés hay se podría haber intentado reflotar con crowdfunding o con aportaciones de empresas, pero nadie pone un euro". Solo el Govern. Al menos hasta ahora, cuando cae el centro de innovación que le quedaba a la isla.

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