La jornada de mayor actividad de la operación salida en el aeropuerto de Palma dejó ayer más de veinte retrasos superiores a la hora y tres vuelos con demoras de mas de cuatro, uno con destino a París, otro a Barcelona y el último a Copenhague.

Son Sant Joan vivió una de las jornadas de mayor tránsito del verano, con un total de 160.000 pasajeros que llegaron a la isla o regresaron a sus ciudades de origen tras finalizar las vacaciones.

Más de veinte vuelos que partieron del aeropuerto de Son Sant Joan tuvieron un retraso superior a la hora. Muchos otros también no lo hicieron de forma puntual, pero no sobrepasaron lo habitual de un final de agosto.

El retraso más importante lo padeció un vuelo con destino a París-Orly. El viaje, que estaba programado para las tres y veinte de la tarde, sufrió un retraso de cuatro horas y cuarto. Barcelona también se vio afectada por una demora de cuatro horas.

La salida del avión a Copenhague vivió un retraso similar y despegó casi cuatro horas después de la hora prevista. Los pasajeros de otros seis vuelos, con destinos como Leeds, Gotembu y Düsseldorf, también tuvieron que esperar aproximadamente una hora y media.

El resto de retrasos que vivió Son Sant Joan fueron de minutos, que es lo habitual en una operación salida. Medio millón de viajeros han pasado por el aeropuerto mallorquín este fin de semana y 3.327 vuelos han aterrizado y despegado desde Palma.

El último fin de semana de agosto ha provocado atascos para devolver el coche de alquiler, parkings muy transitados y colas de entre media hora y 45 minutos para facturar.

El parking del aeropuerto se encontraba lleno de vehículos. Habían pocas superficies sin un solo coche aparcado, sobre todo en la planta de alquiler de coches. Un trabajador de una de las empresa de rent a car del aeropuerto, Fernando Ramírez, aseguró que ayer fue el día de más trabajo de la temporada. Detalló que el sábado a su empresa le constaban mil contratos de salida.

El vigilante de seguridad de la compañía, Jaime Gari, afirmó que un día normal las reservas rondan la veintena. Sin embargo, ayer por la tarde, ese número se elevó a setenta. Explicó que el movimiento que se está viviendo este fin de semana de operación salida "va a ser intenso".

Un conductor de autocar, Toni Pérez, comentó que lleva todos los sábados del verano haciendo entre seis y siete trayectos desde el aeropuerto a los hoteles y que esto ha ocurrido todos los fines de semana. Aseguró que ayer vio mucho movimiento, pero que desde principio de temporada los tres cientos vehículos de la empresa no han parado ni por la noches.

Esta afluencia también se notó en la basura que se genera en el aeropuerto. Una trabajadora del servicio de limpieza señaló que no paró de llenar carretas de los desechos de los pasajeros. Explicó que ayer notó mucha más muchedumbre que cualquier otro día de temporada alta. Aseguró que el trabajo aumenta a principios y finales de agosto.

Una de las 160.458 viajeras que volaron ayer desde la capital mallorquina, Ricahine Brook, subrayó que hace diez días cuando llegó a la isla, el aeropuerto no estaba tan lleno. Contó que el avión de llegada no estaba lleno, pero "estoy segura de que no habrá ni un solo asiento libre".

Brook, junto con una amiga, tuvo que esperar más de media hora para facturar su equipaje y recibir sus tarjetas de embarque. Una amiga que pasaba las vacaciones con ella sostuvo que "no nos esperábamos a tanta gente aquí".

El final de una buena temporada

Un trabajador del puesto oficial de los taxis de Palma, Isaac Villaroel, declaró que "se han cumplido con creces las expectativas de una gran afluencia de turistas en Mallorca". Explicó que el sector del taxi se ha recuperado en relación a años pasados, en especial en las carreras largas.

Una trabajadora del punto de información de salidas manifestó que el número de visitantes ha crecido y que ha sido un buen año para el turismo de las islas.