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Análisis: Educación no habla inglés, por Miguel Vicens

El nuevo Govern presentó ayer su plan de reconstrucción de la escuela pública, laminada durante los últimos cuatro años por el Govern Bauzá por cuestiones ideológicas y presupuestarias. Pero abolido el dichoso TIL, la chispa que sacó a la calle a 100.000 personas contra las imposiciones y recortes del PP, ni palabra de inglés en el nuevo proyecto, ni una línea de la progresiva implantación de la materia en la escuela pública para que los alumnos puedan ir recortando el abismo que hoy en día los separa de la concertada y la privada. Los profesores están de enhorabuena. Tienen lo que querían. Pueden darse de baja en la Escuela Oficial de Idiomas. El año de tortura en Cambridge ha terminado.

Pero el plan del conseller March va mucho más allá del olvido del inglés, no vaya a enfadarse la Assemblea de Docents. Devuelve recursos a la escuela pública y premia a los profesores con dos concursos de oposiciones, con menos carga lectiva y con el compromiso de que los interinos puedan cobrar los meses de verano. Además, garantiza un máximo de alumnos por clase y asegura que los escolares con menos recursos podrán optar a más becas, que se convocarán, ahora sí, en tiempo y forma para poder optar a ellas. El proyecto de legislatura que traza posee objetivos claros y deja poco espacio a la improvisación, tan presente en la anterior legislatura, pero todo puede desvanecerse como un castillo de naipes si a la hora de la verdad la conselleria de Educación no cuenta con el presupuesto para ejecutarlo. Y las necesidades del nuevo Govern empiezan a ser enormes teniendo en cuenta sus inmensos problemas de financiación y el sometimiento de Balears al programa de estabilidad presupuestaria del Gobierno.

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