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Seguridad privada

Más vigilancia por temor a los robos

La seguridad privada aumenta un 40% en verano en Balears, al tiempo que la policía detecta un incremento de delincuentes que roban en viviendas o empresas cuando hay gente dentro

Una trabajadora de Mevisa en la sala de control observa que no haya ninguna anomalía entre las pantallas.

Los delincuentes no se van de vacaciones y menos en verano. Durante los meses estivales los ladrones aprovechan para entrar a robar. Por ello, los contratos con empresas de seguridad privada se han disparado un 40% estos meses, superando las registros de años anteriores. Según ha explicado el director de Mevisa, Toni Cirer, los nuevos clientes responden a un perfil variado, pero sobre todo son empresarios con hoteles, pequeños comercios y negocios en polígonos industriales que buscan un servicio de calidad. Las alarmas más sofisticadas -con infrarrojos y videocámara- son las más demandadas. Mayor seguridad para más tranquilidad.

"Hoy en día la política de seguridad privada ha cambiado" asegura Cirer. Actualmente la gente no contrata estos servicios para irse de vacaciones y dejar su casa vacía sino todo lo contrario. "Ahora los ladrones entran cuando hay gente en la vivienda o empresa" destaca el director de Mevisa. Se trata de otro tipo de delincuente que vienen de países del este. "Lo que buscan ahora no son joyas o ordenadores, sino dinero en efectivo", constata Juan Carlos Cabanach, director de la empresa de seguridad Cabanach. Unos ladrones "muy minuciosos" que dificultan el trabajo de la policía por su trabajo laborioso.

Las diferencias entre part forana y ciudad actualmente son casi inexistentes. Las alarmas se trasladan a la ciudad y la seguridad es necesaria por toda la isla. Cabanach destaca que este año sorprende el aumento de contratos en Magaluf, una zona conflictiva en la que el temor de los hosteleros es mayor día a día.

Este verano también ha habido un gran crecimiento en la seguridad acuática -más socorristas en las piscinas de los hoteles-, en el sector residencial -los porteros automáticos ya no son suficientes- y en los puertos deportivos -donde cada día duermen 400 personas-.

Hace unos años con la burbuja inmobiliaria llegó un momento que el sistema de alarma se disparó, incrementando sus ventas de manera masiva. Pero con la llegada de la crisis, estos contratos disminuyeron considerablemente, ya que la gente perdió poder adquisitivo. "Nuestros clientes tienen un nivel adquisitivo medio-medioalto", explica Cirer. Un servicio al que solo se accede por necesidad y mayor tranquilidad. "Antes de que llegue el verano, muchos hoteles de Mallorca contactan con nosotros para que todo esté listo en temporada alta", subraya el director de Mevisa. Y aunque es un servicio costoso, en los meses previos al verano los contratos se duplican, llegando a superar la demanda de años anteriores.

"No es una cuestión de ricos, sino de seguridad y tranquilidad", señala Cabanach. Se trata de una clientela fija que busca "calidad de vida y recurre a estos servicios cada año". Son compras planificadas que se contratan para prevenir cualquier incidente. "Muy poca gente requiere de estos servicios después de haber sufrido un robo", explica Cirer.

Los precios son dispares, según la compañía. Mevisa, por ejemplo, cobra 460 euros por una alarma normal, en la que estudia el caso de cada cliente. Unos precios que, según su director, son muy asequibles para la ciudadanía porque reciben un servicio de calidad. En concreto, Mevisa tiene instaladas entre 4.000 y 5.000 alarmas en toda la isla y aumenta su personal un 10% en los meses estivales por el incremento de contratos.

Y aunque se disponga de un servicio de seguridad, el director de Mevisa, Toni Cirer, aconseja tener en cuenta estas medidas para no llamar la atención de los ladrones: tener el buzón de correo siempre vacío, intentar que algún amigo o familiar esté pendiente de la casa y pueda vigilar un poco el ambiente, tratar de dejar encendida alguna luz por la noche y evitar poner en las redes sociales cuales son los planes vacacionales, además de no dejar objetos de valor a la vista.

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