Estamos en el aire. El tiempo pasa para todo el mundo menos para los partidos del pacto. Llegaron al poder, dijeron aquello de que los ciudadanos nos han dado con su voto un claro mensaje de izquierdas y se fueron de vacaciones como el hijo consentido de un señor de derechas. Sin hacer los deberes ni saber tampoco cómo iban a resolverlos a su regreso. Casi dos meses después de la toma de posesión, el perezoso Govern de Francina Armengol no ha movido una pieza en IB3. Continúa estático. Sigue pagando religiosamente las nóminas del equipo de confianza digitado por José Ramón Bauzá, mantiene generosamente a sus estrellas en toda la franja horaria, contrata con la productora de cabecera y cada día pospone para el siguiente su toma de posesión en la cadena pública. El PP, con las heridas abiertas, ha necesitado mucho menos tiempo para sacar a Bauzá de la presidencia del partido y mandarlo al geriátrico del senado. Pero cuando el expresident ya no cuenta ni con los que fueron sus hombres de confianza en el Consolat, huidos tras la hecatombe electoral, todavía le quedan sus fieles que deciden en IB3. Solo que ahora es el Govern de izquierdas quien paga esas adhesiones sin matices.
