La bola de nieve seguirá creciendo. Y amenaza alud. Lo advierte la Sindicatura de Comptes. El órgano auditor de las cuentas públicas baleares avisa en su último informe de que la situación económica de la comunidad empieza a parecerse mucho a un colapso financiero. Concretamente, creen que los créditos que vencen en los próximos años y los intereses que habrá que afrontar por ellos "cuestionan la sostenibilidad económica y presupuestaria de la comunidad, teniendo en cuenta el volumen de recursos que habrá que destinar al pago de la deuda".
Que esa es la bola de nieve. Empezó siendo una nevada que llegaba por el tobillo. Nadie la barrió. Nadie echó sal. Cada año, los gobiernos alternos de PP y PSIB, PSIB y PP, gastaban un poco más de lo que ingresaban. La diferencia se pagaba a crédito. Con intereses, claro. Y cuando vencía el crédito, se volvía a financiar con otro crédito y nuevos intereses. Así hasta Jaume Matas y sus megaproyectos en plena expansión económica, que elevaron la fórmula casi a la categoría de estafa piramidal: se cargaba a la espalda de las siguientes generaciones las obras con las que se hacía campaña en el presente, así en el Palma Arena como en Son Espases o las autovías de las islas. Esas inversiones a crédito que luego se han revelado semilleros de corrupción son los que de verdad ahogaron a los gobiernos de Antich (2007-2011) y Bauzá (2011-2015), que, dicho sea, mantuvieron la misma técnica: conforme vencían los créditos, los refinanciaban. Más intereses por la deuda inicial, ergo más deuda, y la bola de nieve tendiendo a infinito.
Así se llega a la situación actual, la que preocupa a la Sindicatura de Comptes y sus economistas. Las cifras las pueden ver junto a estas líneas: hasta el año 2020, el Govern balear tendrá que hacer frente al vencimiento de 3.648 millones de euros en préstamos. Toca devolverlos. Y de paso pagar a los bancos 1.050 millones de euros en intereses. Total: entre 2015 y 2020 el Govern deberá entregar a los bancos 4.698 millones de euros, a razón de 783 millones al año. Con lo que Balears dedicará cada ejercicio a devolver préstamos y pagar intereses más de lo que destina a costear todo el sistema educativo o más de la mitad de lo que consume la red de hospitales y centros de salud de las islas.
¿Sostenible? La Sindicatura de Comptes lo cuestiona, más cuando la única solución para frenar la bola de nieve es algo que hoy no está al alcance de ningún Govern: generar superávit presupuestario, es decir, gastar menos de los que se ingresa cada año, una utopía en una comunidad que cerró el año pasado fundiendo 458 millones que no tenía. Más nieve para el alud. La solución será así refinanciar, la de siempre, según confirman fuentes del Govern, que aluden como excusa/razón (como hizo por cierto José Ramón Bauza durante todo su mandato) a la mala financiación de la comunidad. O dicho de otro modo, hasta que no llegue más dinero desde el Estado no habrá forma de reducir un endeudamiento balear, que seguirá creciendo, obligando de paso a que cada vez más dinero público acabe en las cuentas de resultados de los bancos, en forma de intereses cobrados al Govern.
Más intereses bancarios
La progresión de la carga de intereses es tal que a partir del año 2021 se paga casi tanto de remuneración al banco por el préstamo como de préstamo (1.029 millones de amortizaciones entre 2021 y 2035 y 685 millones de intereses en ese mismo período). De este modo, la deuda de Balears, que con Bauzá acabó (pese a los recortes y las subidas de impuestos) por encima de 8.000 millones, rondará los 11.000 millones al final de la actual legislatura, con Francina Armengol y el Pacto al frente de las cuentas.
El reto del nuevo Govern es por ello tan grande como el que afrontó el de Bauzá, solo que en condiciones todavía más extremas: la deuda en máximos y el sistema de rescate por el que el Gobierno central refinancia a coste cero (FLA, Fondo de Liquidez Autonómico) pendiente del resultado de las próximas elecciones. El Govern Armengol va a tener de hecho que renegociar casi la mitad de la deuda acumulada por Balears en tres decenios de endeudamiento público autonómico: lidiará con 4.000 de los actuales 8.000 millones de deuda pública actual. La bola de nieve seguirá creciendo.
