El empresario mallorquín Gabriel Sampol es uno de los testigos que ha sido citado a declarar por el juez Castro para el próximo mes de septiembre. Será la segunda declaración que hace sobre este caso, porque ya habló con el fiscal Pedro Horrach. Sampol defendió su proyecto y dijo que era la oferta más barata. Recordó que el día que la mesa de contratación recibía el informe de la empresa que había valorado los proyectos, Jaume Matas le llamó para que fuera a visitarle al Consolat. La invitación le pareció extraña, pero acudió a visitar al president. Fue con su hija y Matas le dijo personalmente que habían sido excluidos del proyecto por modificar los parámetros técnicos que se exigían en los pliegos. No entendía la razón por la que el president pudiera tener esta información, cuando aún no era pública. El día 23 de octubre, cuando aún no se había resuelto el concurso, el president le llamó por teléfono. "No tenía ninguna relación de confianza con él". El president se autoinvitó a comer a su casa, encuentro que tuvo lugar dos días después.
El empresario detalló que durante el almuerzo el president se mostró "distendido, hablando sobre cosas insulsas". Se trató de una visita rápida. De hecho, Matas comió rápido y se marchó.
Transcurrido el tiempo, el empresario señaló que ahora piensa que el motivo que podía justificar esta autoinvitación a comer es que Jaume Matas pretendiese que el declarante le ofreciese "una comisión" por Son Espases y "al no ofrecerle nada, "se fue raro".
Gabriel Sampol aseguró que puede demostrar esta visita de Matas a su casa, con la declaración de su yerno, de su esposa, del jardinero y de la cocinera que preparó la comida para el president. "En la comunidad autónoma no se movía una sola contratación sin que el president la autorizase o avalase", señaló Sampol, que insistió que "era conocido en el mundo empresarial que quien adjudicaba las obras era Matas".
