Los mensajes de la presidenta del Govern, la socialista Francina Armengol, trasladando su "orgullo" por convertirse en la primera mujer al frente de la Comunidad Autónoma de Balears no se ven reflejados en su Ejecutivo a la hora de elegir a los principales cargos de confianza. Aunque aún quedan por nombrar a algunos de ellos, el grueso del segundo nivel del poder en la administración balear (directores generales y principales organismos autonómicos) ya está elegido y el resultado es revelador: 58 hombres frente a 29 mujeres. La paridad, en este ámbito, ha saltado por los aires, con el número de hombres duplicando al de mujeres.
Armengol cumplió por la mínima al nombrar a sus consellers con el criterio de que en su Ejecutivo estuvieran representados los dos sexos en un porcentaje del 60-40, con seis consellers y cuatro conselleras de tal modo que, con ella, la fotografía del Govern es de seis hombres y cinco mujeres. Supone un cambio con respecto al Ejecutivo del popular José Ramón Bauzá, quien demostró desde que llegó al Govern en 2011 que eso de las cuotas no iba con él. En su primer Ejecutivo Bauzá sólo incluyó a una mujer (Carmen Castro), presencia que fue eliminada con la remodelación que realizó en 2012, dejando un Govern exclusivamente de hombres.
La defensa de la paridad por parte de Armengol, quien se define a sí misma como feminista, no dejaba dudas respecto a que su Ejecutivo sí respetaría la paridad en lo que se refiere a los consellers. Cuestión distinta ha sido al llegar al segundo nivel de la administración autonómica, en donde está claro que la presidenta no ha dado indicaciones en este sentido. Ella misma, por ahora, ha optado mayoritariamente por hombres para Presidencia. De los dos cargos de segundo nivel que forman el organigrama que depende directamente de la jefa del Ejecutivo, aún no ha nombrado a la persona que se colocará al frente de la Oficina de Seguimiento de Proyectos Estratégicos. Para el otro cargo, el de responsable de Gabinete de la Presidencia, ha elegido a Pere Joan Pons.
Salvo en Salud, donde los seis nombramientos efectuados hasta ahora para los cargos de principal responsabilidad se reparten entre tres hombres y tres mujeres, ningún conseller ha contado con más mujeres que hombres para estos puestos. En el mejor de los casos, la diferencia es sólo de uno, a favor siempre de los varones.
En algunas Conselleries la distancia es abrumadora. Así, en la de Participación, Transparencia y Cultura, a cuyo frente se encuentra Esperança Camps, de los doce cargos de segundo nivel que cuentan ya con un responsable, diez son hombres y dos mujeres. En estos puestos se incluyen directores generales y responsables de consorcios y otros organismos dependientes de las conselleries.
El vicepresidente Biel Barceló (Més) también ha tenido problemas, al parecer, para encontrar mujeres a las que confiarles responsabilidades de este nivel, a tenor de los siete hombres y dos mujeres que ha nombrado por ahora. El conseller de Territorio, Energía y Movilidad, Joan Boned (PSOE), ha elegido sólo a hombres para responsabilizarles de sus cinco direcciones generales y ha dejado la secretaria general de la Conselleria para una mujer.
En Educación, el socialista Martí March ha nombrado ocho hombres y seis mujeres. En la conselleria de Presidencia, el también socialista Marc Pons ha elegido a seis hombres y dos mujeres. En Hacienda y Administraciones Públicas, Catalina Cladera ha optado por cinco hombres y tres mujeres. En el resto de conselleries hay siempre un hombre más ocupando cargos del segundo nivel de poder.
Así, por ahora la igualdad en lo que se refiere a la representatividad en puestos públicos se queda en el Parlament, gracias a las listas electorales por el sistema 'cremallera' que se aplica en Balears. La infrarrepresentación de las mujeres en el organigrama del Govern de Armengol le deja lejos de servir como imagen de los objetivos de la Ley de Igualdad impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero en 2007.
