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Fauna salvaje

Regreso al safari de sa Coma

Después de tres meses del incidente con los dos chimpancés, el zoo mallorquín vuelve a la normalidad con más turistas ingleses y alemanes - Decenas de niños disfrutan cada día de 60 especies animales diferentes, todas ellas con felinos africanos y asiáticos

Jirafas, rinocerontes, cebras, gacelas, ñus... Son algunos de los animales que se pueden ver en los tres kilómetros de trayecto del Safari de sa Coma. "Aunque sin duda las estrellas del centro son los monos", destaca el subdirector del zoo, Miquel Brunet. Subidos en los capós de los coches y colgados de los retrovisores, los simios dan la bienvenida a decenas de familias cada día.

La normalidad ha vuelto al centro animal después del incidente hace tres meses con dos chimpancés -Adam y Eva fueron abatidos por las autoridades al escaparse de la jaula y ser considerados unos animales "agresivos" y "peligrosos"-. El centro se mantuvo cerrado hasta pasar una inspección exhaustiva, aunque las asociaciones animalistas pidieron su clausura inmediata y se manifestaron en varias ocasiones.

No era la primera vez que el Safari sufría algún accidente. En otra ocasión ya se fugaron antílopes y cinco simios del recinto. Unos hechos que Brunet define como "algo imprevisibles" ya que el zoo cumple con las medidas de seguridad, asegura.

Más de 100.000 personas pasan cada año por estas instalaciones en busca de un plan alternativo lejos de la masificación de las playas de la isla. "Les ofrecemos la posibilidad de conocer animales que solo verán en un zoo", explica su subdirector, quien destaca que es un centro donde los animales están "casi libres". Más de 60 especies animales diferentes, todas ellas africanas y asiáticas, viven en el Safari. "Muchos de los animales que tenemos han sido explotados en circos o maltratados por sus propietarios", apunta el subdirector del centro. Y es que el objetivo del safari es la protección y reproducción de los animales, muchos de ellos en peligro de extinción.

La temporada estival "no está siendo muy buena" en el zoo debido al "calor extremo" que ha hecho este verano. "En las horas del mediodía esto parece un desierto", bromea Brunet. Menos movimiento de personas y público diferente. En estos meses ha aumentado el número de clientes ingleses y alemanes y han bajado hasta un 60% los turistas rusos, según Brunet, a causa de los problemas del país. Aun así, centenares de niños pequeños han disfrutado de las instalaciones del centro animal. Siete de cada diez clientes son familias con hijos.

Un pequeño inglés de cuatro años señala los avestruces con fascinación. Según explica su madre, es la primera vez que visitan un zoo, y ¡ha sido en Mallorca! Las sonrisas y los saltos de los niños son algo habitual en el safari. En concreto, cada año se realizan excursiones a decenas de escoletes de toda la isla. "Se trata de que disfruten de los animales y aprendan cómo cuidarlos y protegerlos", explica el subdirector del zoo.

Animales singulares

El centro de sa Coma cuenta con la jirafa y el rinoceronte más viejos de toda Europa. Así lo ha declarado el programa internacional. "Nuestra jirafa tiene 40 años", apunta Brunet, quien aclara que lo normal son entre 20 y 25 años. Con aspecto envejecido, el animal tiene el cuerpo muy oscuro por la edad y las patas están deterioradas, con heridas y grietas, a causa de aguantar tanto peso. "Ahora le hemos puesto una hembra en su jaula para ver si conseguimos tener alguna cría de este fenómeno", cuenta Brunet, a quien particularmente le haría "ilusión". Desde que se abrió el centro en los años 70, la jirafa reside aquí. "Era muy joven cuando la trajimos de otro zoo y aquí sigue", señala el subdirector del centro.

Admiración por parte de los turistas y también de los biólogos y veterinarios de todo el mundo. "Mucha gente ha venido al safari solo para conocer a la jirafa más vieja de Europa", subraya Brunet orgulloso. Una especie animal que se caracteriza por ser el más alto. Además, sorprende que solo duerme dos horas diarias fraccionadas en 10 minutos.

El centro animal no solo tiene la jirafa más vieja sino también el rinoceronte con más edad del continente. Un ejemplar que se encuentra en un cerco solo ya que es el único rinoceronte del zoo. "Es un animal muy solitario que casi no se mueve de este círculo", remarca el subdirector. En cuanto a su expectación, no es excesiva. "Al ser tan grande a los niños les da miedo", explica Brunet, aunque el mamífero se encuentra tumbado durante todo el día.

"Cuando fallezcan pondremos sus restos en un museo", adelanta el subdirector del centro. Actualmente, el safari está construyendo una galería para "ampliar los conocimientos de los turistas". Un recinto que estará compuesto por restos animales y paneles con explicaciones históricas.

Como es habitual en un zoo, las críticas de los animalistas son constantes, ya que defienden que los animales deben vivir es su propio hábitat natural y de manera libre. En concreto, el escándalo saltó con la huida de los dos chimpancés en el safari hace tres meses, y desde ahí, "las ofensas no han dejado de surgir", lamenta el subdirector.

Protestas de animalistas

Por un lado, la presidenta de la Plataforma Balear en Defensa de los Animales (Baldea), Ana Aranda, exige el cierre inmediato del safari "porque cuentan con pésimas instalaciones". Según Aranda, "es inconcebible que haya animales en cautividad". Por ello, la plataforma animalista está estudiando redirigir a las más de 60 especies animales a otros lugares "más apropiados". "Mallorca no es un espacio natural para animales africanos y asiáticos", sostiene la activista. Baldea achaca al zoo de sa Coma una mala gestión e instalaciones "deplorables".

Por su parte, el subdirector del safari se defiende y muestra el centro "sin tapujos". "Lo que pasó con los chimpancés fue algo imprevisible", destaca Brunet. Un incidente que "parece que ha borrado todo el trabajo de los técnicos del zoo". Brunet se queja de que las plataformas animalistas "hablan sin saber". Para acabar con la polémica, el biólogo invita a todas las asociaciones a ver sus instalaciones. "Yo cumplo la ley", señala. Además considera que cerrar un centro animal es más complicado de lo que creen, ya que primero tienen que encontrar otro hogar a las bestias. "Se trata de gente que no tiene conocimiento ni información sobre nuestra labor", se queja Brunet. Un safari desierto en cuanto a vegetación a causa de una tormenta en 2001, que cuenta con una gran variedad animal, al igual que de opiniones.

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