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Mujeres al poder

El lento camino hacia la igualdad

La presencia de la mujer en la política balear ha llegado a su mayor nivel este año - El nombramiento de Francina Armengol, la primera mujer presidenta del Govern, marca un hito, así como el más elevado número de alcaldesas elegidas en Mallorca

Catalina Cirer (PP), 1ª alcaldesa de Palma de 2003 a 2007, le pasó el bastón de mando a Aina Calvo (PSOE). El 30 de junio, Francina Armengol (PSOE) se convertía en la 1ª presidenta del Govern balear (abajo izquierda). Los trajes oscuros se mezclan más con la presencia femenina (abajo derecha). M. Massutí/ M. Mielniezuk/ B. Ramon

Después del nombramiento de la primera presidenta de Balears, Francina Armengol, 2015 se ha convertido en el año con más presencia femenina en la política balear. Los años noventa supusieron el arranque de la aparición de la figura femenina en los órganos representativos en Mallorca. En este milenio, las mujeres se han consolidado como líderes, aunque aún queda un largo camino para la normalidad y la igualdad.

El Parlament de les Illes Balears es la institución pública que ha albergado una presencia de mujeres más constante durante los últimos treinta años. Este año, la cámara legislativa ha dado un paso más allá y ha elegido a Francina Armengol (PSOE) como primera presidenta de las Illes Balears. La máxima representación femenina fue alcanzada en 2007 cuando diecisiete de los cincuenta y nueve diputados mallorquines en la institución eran mujeres. En la actualidad esa cifra ha disminuido en uno.

La primera mujer en salir elegida para el Congreso de los Diputados por Balears, en 1993, la ibicenca Maria Luisa Cava de Llano (PP), sostiene que "ha habido un incremento importante en el número de mujeres que han decidido dar un paso adelante y dedicarse a la política activa". Añade que el aumento es notable.

Cava de Llano asegura que "Armengol ha marcado un hito importante en las islas". Explica que "ha supuesto un paso importante para las mujeres en la política balear, dejando aparte las diferencias ideológicas obvias". Aina Calvo, alcaldesa socialista de Palma entre 2007 y 2011, coincide en que tener a la primera presidenta de las islas es fruto de "una evolución social".

La exdiputada popular afirma que las mujeres "tenemos mucho que ofrecer a la sociedad y podemos jugar el papel que deseemos en política". Recalca que "no tiene sentido que las mujeres solo se ocupen del área de servicios sociales, aunque es verdad que tenemos una sensibilidad especial para ello, pero estamos preparadas para todo".

La elección de la primera alcaldesa de Palma y una de las primeras ediles de capital de provincia española, Catalina Cirer (PP), también supuso un hecho histórico para la ciudad. Cirer asegura que "aunque fue todo un honor ser la primera mujer en liderar el gobierno municipal de Palma, me hubiese gustado tener predecesoras". "Hubiese querido que cuando yo llegara al ayuntamiento, ser mujer, en ese puesto, no fuera una novedad", comenta.

El final de la legislatura de Cirer también dejó una imagen que no se ha vuelta a repetir: Cirer le entregaba el testigo a otra mujer, Aina Clavo (PSOE). La socialista tomó el mando del ayuntamiento en 2007. Fue la segunda, y la última alcaldesa de la ciudad.

Cirer dice que ese hecho fue "extraordinario y puntual". Cuenta que "en unicamente cuatro años se convirtió en algo corriente que hubiera una mujer a la cabeza de la municipalidad de Palma". Añade que tanta ella como Calvo han formado parte de "un eslabón de una cadena que ha llevado a la normalidad la figura de las alcaldesas en la sociedad".

Sin embargo, los gobiernos locales mallorquines presididos por ellas son las instituciones donde menos se ha notado la presencia femenina. De cincuenta y tres municipios en la isla, el máximo número de mujeres al mando de su localidad han sido nueve, este mismo año.

Calvo comenta que aún no hay la normalidad que tiene que venir acompañada de la presencia de una mujer en un puesto de relevancia pública. Añade que las cifras de políticas, en femenino, y sobre todo la idea de que lideren no tendría que ser extraño ni novedoso.

En las primeras elecciones municipales democráticas que tuvieron lugar en el año 1979, sólo salió elegida una alcaldesa: Maria Antònia Munar (UM) en Costitx.

Munar, además de ser una de las primeras alcaldesas de Mallorca y una de las que más tiempo ha gobernado su ciudad, también fue una de las más jóvenes a nivel local, con 24 años.

En los dos siguientes comicios la alcaldesa de Lloret se añadió a esa breve lista, pero los noventa fue la década de más importancia para ellas. Calvià, Sóller y Costitx fueron las poblaciones más habituales.

Diecisiete alcaldesas, en total entre los diferentes comicios, ocuparon su puesto en esa época, y sólo trece lo hicieron en la primera década de los 2000. A partir de entonces, ese número descendió y llegó a niveles de principios de la democracia. En el año 2011, sólo Alcúdia, Petra y Santa Maria contaban con una alcaldesa.

Las últimas elecciones, celebradas el pasado 24 de mayo, dieron un dato histórico para el colectivo femenino de la política mallorquina, con nueve mujeres al frente de gobiernos locales. Significa el mayor avance, aunque unicamente suponga el 17% de los municipios de la isla.

Margarita Nájera (PSOE), la primera y única alcaldesa de Calvià, desde 1991 a 2003, reconoce que "estas elecciones han sido un toque de vitalidad". Añade que "ha sido un grito de atención y ha permitida entrar en la política a gente llevaba tiempo con la voluntad de hacer algo, entre ellos a muchas mujeres".

Cava de Llano reconoce que "a la mujer le ha costado llegar a puestos relevantes, pero ahora ya es más habitual". Explica que "la política había sido cosa de hombres y la mujer tenía otro rol más doméstico, pero luego, con la apertura de la universidad y del mundo laboral, esto cambió".

El dato llamativo es la ausencia de diputadas por Balears en el Congreso y el Senado hasta el año 1993. La primera en ir a Madrid, en representación de las islas, fue Maria Luisa Cava de Llano, que ocupó su escaño hasta el año 2004. Sin embargo, hasta el 2008, ninguna mujer había sido senadora por Mallorca, aunque en la actualidad dos de esas tres puestos electos en los comicios generales pertenecen a mujeres.

Dificultades añadidas

"No somos heroínas, cada una hace sus elecciones, pero es difícil compaginarlo todo siendo mujer", asegura Calvo. Agrega que compatibilizar la vida profesional y la privada puede ser complicado, pero que "con algo de esfuerzo, se consigue".

Cirer, por su parte, dice que "nosotras hemos dado testimonio de que es posible hacerlo todo, y sin tener que renunciar a nada: ni a los hijos, ni a la familia, ni a los puestos, ni a tu profesión". Reconoce que es difícil, en algunas ocasiones más que en otras, pero anima a toda mujer que lo desee a perseguir su vocación política.

Nájera coincide y añade que cuando ella empezó en política tenía hijos pequeños, y las reuniones y la apretada agenda le complicaban conciliar la vida familiar y la profesional. Pero subraya que "es posible, y más ahora que existen más medios para ello".

Además, se agregan otras dificultades, según Calvo. Manifiesta que la sociedad en general y los medios de comunicación ponen más presión sobre los cargos públicos ocupados por ellas. Explica que "la atención se dirige bastante más a las mujeres, sobre todo en cuestión de vestimenta o apariencia física". Agrega que "se las está analizando en todo momento e incluso se hacen rankings de moda y de aspectos ajenos a la política, cosa que no pasa con los hombres".

Las leyes cremallera y la listas paritarias, cuyo objetivo es la igual presencia en número entre hombres y mujeres, no convence a todos. María Luisa Cava de Llano señala que "siempre me han parecido ofensivas, aunque respeto la buena voluntad". Precisa que "somos lo suficiente capaces para llegar donde queramos sin necesidad de tener que recurrir a estas leyes, y menos en el siglo XXI".

En la otra cara de la moneda se encuentran las opiniones de las ex ediles socialistas. Calvo explica que "la ley cremallera de Antich del 2003, fue la que me permitió entrar ese mismo año en el Parlament". Su compañera de partido Nájera dice que "las medidas de discriminación positiva han permitido que muchas mujeres estemos en política y nos formemos". Considera que en el ámbito público "ya no son tan necesarias", pero sí lo es en el sector privado.

Catalina Cirer opina que tienen que ser los propios partidos los que coloquen a mujeres encabezando listas electorales. Así, explica que "con la voluntad de los votantes, tendremos puestos de primera fila, sin necesidad de medidas paritarias". Todas reconocen que la presencia de la mujer ha evolucionado considerablemente en los últimos años, pero que aun queda camino para la total igualdad. De momento, mujeres políticas como las populares María Luisa Cava de Llano, Rosa Estaràs y Maria Salom; las socialistas Francina Armengol, Aina Calvo y Teresa Riera; y la presidenta de Unió Mallorquina hasta 2007, Maria Antònia Munar, han dejado su aportación.

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