El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó ayer en Palma que el actual modelo de financiación autonómica "no es bueno" y que en 2016, ya en la próxima legislatura, será el momento de negociar uno nuevo porque "el crecimiento económico" permitirá afrontar esta cuestión. Según Rajoy, si este asunto no se ha abordado en esta legislatura se debe a que "la prioridad era salir de la crisis y crear empleo" y "porque no había nada que repartir" para establecer un nuevo sistema ante la mala situación económica.

Rajoy, quien recordó que el actual sistema de financiación fue aprobado por el Gobierno socialista sin el apoyo del PP, efectuó estas declaraciones tras despachar durante aproximadamente una hora con el Rey en el Palacio de Marivent. Al ser preguntado por la reivindicación del Govern sobre la necesidad de un nuevo modelo ante la mala financiación de Balears, así como la exigencia del pago de las inversiones estatutarias, el presidente aseguró que no ha percibido "beligerancia" en este asunto por parte del Ejecutivo balear. Precisó que "todo el mundo defiende sus intereses y hacen bien" y "todas las comunidades autónomas dicen que hay que cambiar el modelo". Por ello, consideró que habrá que afrontar el cambio del sistema en la próxima legislatura intentando "conciliar los intereses de todos", aunque no se pronunció sobre las inversiones estatutarias.

Insistió en que la recuperación económica -que, según dijo, ya ha llegado al país- permitirá plantearse la negociación de un nuevo modelo. Como ejemplo, aseguró que gracias al crecimiento económico en 2016 las comunidades autónomas recibirán 10.000 millones más.

Rajoy se pronunció también sobre la dimisión de José Ramón Bauzá como presidente del PP balear tras la derrota electoral en las autonómicas y afirmó que fue "una decisión" del partido en las islas que él "respeta". Añadió que a Bauzá "le tocó gobernar en un momento de extrema dificultad" por la crisis económica, "como le ha tocado a otros", y que Miquel Vidal "cuenta como todos los militantes, con todo el respaldo y el apoyo de la dirección nacional del PP" al frente del partido en Balears hasta el congreso regional. Al acabar la rueda de prensa admitió que la dimisión de Bauzá había sido positiva para tranquilizar al PP balear.

La mayor parte de la intervención de Rajoy tras despachar con el Rey se centró, sin embargo, en la situación de Cataluña y en la reforma de la Constitución, respecto a la cual se mostró abierto a que se ponga sobre la mesa si bien dejó claro que "no se hará con los parámetros" que desean los independentistas catalanes, ya que lo que realmente quieren es "liquidar la unidad de España".

"Los independentistas no se van a quedar contentos con ninguna reforma de la Constitución", dijo el jefe del Ejecutivo, quien añadió que "una cosa es lo que los independentistas digan y otra la reforma de la Constitución que se pueda hacer en las Cortes".

"No me niego a hablar de una reforma constitucional, pero para ello me gustaría que hubiera el máximo consenso posible de todos los partidos", afirmó al ser preguntado por las declaraciones del ministro de Justicia, Rafael Catalá, quien se mostró a favor de una reforma de la Carta Magna sobre cuestiones como la delimitación de competencias del Estado y de las Comunidades Autónomas. En este sentido, el presidente precisó que "se pueden hacer muchas cosas" respecto a los posibles cambios constitucionales, como por ejemplo hacer más "entendible" las competencias de las autonomías, pero consideró que "cada legislatura tiene sus prioridades y esta, por encima de todo, tenía la prioridad de evitar la quiebra de España y su rescate y empezar a crecer" económicamente, por lo que será en la próxima legislatura cuando podrán plantearse estos cambios.

Dejó claro que no había tratado sobre este asunto con el Rey en el despacho que celebraron ayer, tras el cual Felipe VI invitó a cenar al presidente, quien, después, se trasladó de inmediato a Galicia para continuar con sus vacaciones. Tampoco, según dijo, habló con el Monarca sobre las elecciones catalanas del 27 de septiembre, aunque sí lo hizo sobre los próximos comicios en Argentina y Venezuela al tener "interés" para España.

Respecto a las elecciones en Cataluña afirmó que, si bien "no hay que adelantar acontecimientos", con "un voto más no se puede iniciar ningún proceso a ninguna parte", refiriéndose a la independencia. "Me parece notable que, cuando la Ley exige que para cambiar el estatuto de autonomía se necesitan dos tercios del parlamento, haya quien diga que con un voto más se puede iniciar un proceso a ninguna parte", resaltó Rajoy, quien pidió a Artur Mas que diga "la verdad", ya que Cataluña no tiene competencias para declararse independiente. "Esa decisión no puede tomarla y lo sabe", dijo refiriéndose a Mas tras afirmar que se trata de "una decisión que corresponde a todos los españoles" y que "no se va a producir ninguna secesión en España". Añadió que "no es aceptable ni democrático que a los que tienen la condición de catalanes, españoles y europeos se les obligue a elegir entre ser solo catalanes o ser españoles y europeos".

Además, dejó claro que participará en la campaña electoral de Cataluña para exponer sus "argumentos y razones" a los catalanes. "Sería un irresponsable si no participara en una campaña tan importante para España", afirmó.

Al acabar la rueda de prensa Rajoy defendió, en una conversación informal con los periodistas, el bipartidismo del PP y el PSOE ya que "los grandes países" democráticos en donde hay más progreso se basan en "dos grandes partidos".