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Informe

La economía solidaria resiste a la crisis con más fuerza que los demás sectores

El espectacular crecimiento de los voluntarios isleños ha permitido compensar la bajada de ingresos y elevar la cifra de personas que reciben ayuda - El número de empresas y entidades sociales de las islas ha aumentado un 21% en siete años

Imagen de un voluntario de Cruz Roja durante una campaña de recogida de alimentos. M. Massutí

"Una de las poquísimas cosas buenas que ha tenido la crisis económica es que ha reforzado los valores solidarios", coinciden en señalar tanto el presidente de Caixa Colonya, Josep Cifre, como la coordinadora de Cruz Roja en las islas, Joana Lozano, y el portavoz de Cáritas-Mallorca, Llorenç Riera. Probablemente esta afirmación explica la mayor fortaleza que la economía social y solidaria ha mostrado en las islas a lo largo de los años 'negros' de la economía, un hecho reflejado en el estudio elaborado por el economista Pere Albertí y publicado por la Fundación Gadeso. Entre 2006 y 2013 el número de empresas y entidades vinculadas a este campo se ha incrementado un 21,7% y la cifra de voluntarios y socios ha registrado un espectacular crecimiento del 67,6%. El empleo que este sector genera no ha quedado al margen del impacto de dicha crisis, pero en ese periodo su destrucción se ha limitado a un 3,3%, cuando el retroceso en el conjunto del mercado laboral isleño ha sido del 14,3%.

Este aspecto es uno de los más destacados por Albertí en su informe, que permite dar continuidad a los que en su momento publicaba el Consell Econòmic i Social (CES): la economía social y solidaria, de la que forman parte las cooperativas, las sociedades laborales, los centros especiales de empleo, las empresas de inserción y las organizaciones humanitarias, ha demostrado una mayor resistencia ante la recisión económica que el resto del sistema productivo balear, y ello a pesar de la reducción de los ingresos propios y de las subvenciones que han sufrido. Y en este apartado, se apunta que el papel que han jugado los voluntarios que colaboran con muchas de estas organizaciones ha sido decisivo.

La cifra de empresas y entidades de la economía social ha pasado de las 927 que existían en el archipiélago en 2006 a las 1.128 de 2013, pese a que en este último año se detecto un ligero retroceso en relación a 2012. Respecto al número de voluntarios y socios, frente a los 25.345 de 2006 se cerró 2013 con 42.485, apartado éste en el que la tendencia al alza ha sido constante, según el informe de Albertí. Respecto al empleo existente en el sector, de los 8.178 puestos de trabajo registrados en 2006 se ha pasado a los 7.911 de 2013, con una evolución a la baja que comenzó a registrarse en 2009, pero que ha sido menos intensa que la destrucción sufrida en el conjunto de la economía isleña.

Respecto al número de personas beneficiarias de estas actividades, si se excluye a la Cruz Roja, se ha crecido en ese periodo de siete años de las 1.672 a las 24.717.

Mención aparte merece Cruz Roja, que según el informe de Pere Albertí ha bajado desde los 208.622 beneficiarios de 2006 a los 101.883 de 2013, algo que se achaca en el informe a la reducción de las subvenciones de programas específicos. Joana Lozano extiende la explicación de este descenso: Cruz Roja se caracteriza por ser una organización que actúa en múltiples ámbitos, y la caída de sus beneficiarios se explica fundamentalmente por la pérdida de la mayor parte del servicio que prestaba en las playas, donde estaba presente en casi todo el litoral balear para atender actualmente solo las zonas de Sóller en Mallorca, de Ferreries en Menorca y de Santa Eulària en Eivissa. A ello hay que sumar el recorte en la actividad de su hospital de Palma. Sin embargo, su coordinadora en las islas advierte de que, por contra, se ha dado un apreciable aumento en la cifra de personas que son atendidas en relación a casos de pobreza, aunque no suficiente para compensar la reducción anterior.

Evolución por grupos

Estas evolución global de la economía social aparece reflejada en sus diferentes grupos. Así, la cifra de cooperativas existentes en las islas ha pasado de las 185 de 2006 a las 206 de 2013, aunque aquí se percibe igualmente la pérdida de empleos antes señalada, pero con mayor intensidad: en este caso, se ha bajado desde los 2.562 trabajadores del primero de esos ejercicios a los 1.990 del final de ese periodo, lo que supone un recorte del 22,3%. Durante la crisis se han constituido más cooperativas, presumiblemente como una fórmula de autoempleo, según apunta el presidente de Caixa Colonya, pero las que quedan en pie son cada vez más pequeñas. La mayor parte de ellas aparecen en la enseñanza, la hostelería y el comercio.

Las sociedades laborales (de las que los trabajadores tienen la propiedad mayoritaria) han registrado un apreciable recorte, al pasar de las 230 de 2006 a las 117 de 2013. Las cofradías de pescadores se han mantenido estables, con 16 aunque aquí también se percibe un descenso de su empleo.

Por contra, el impulso que han registrado los centros especiales de ocupación (destinados a la inserción laboral de personas con discapacidad) es patente: de unos ingresos de 17 millones de euros en 2006 han pasado a los 31 millones en 2013; su cifra de trabajadores ha crecido en ese periodo de 800 a 1.675, y el número de beneficiarios ha ascendido de los 632 a los 2.587.

Esa evolución positiva aparece igualmente en las empresas de inserción que atienden a personas en riesgo de expulsión social, con unos ingresos totales que han pasado de los 241 millones de euros de 2009 a rozar los 679 millones en 2013.

En el caso de la organización de ciegos ONCE, Pere Albertí señala el recoste que ha registrado en sus ingresos de Balears entre 2006 y 2013, frente al aumento que se ha dado en el número de beneficiarios de sus servicios.

En el apartado de entidades financieras se destaca el caso del ahorro ético representado por Caixa Colonya, y en este estudio se pone de relieve el fuerte incremento que ésta ha presentado tanto en el saldo de sus depósitos, que han pasado entre 2006 y 2013 de los 13,2 millones de euros a los 45,1 millones, con un alza del 240%, y de las subvenciones otorgadas, que en ese periodo se incrementaron un 114%.

También se subraya la evolución positiva de Triodos Bank, aunque en ese caso solo se aporta el incremento que se ha dado entre 2012 y 2013 en sus depósitos, de casi un 52%.

Sin ánimo de lucro

Otro elemento destacado en el estudio de Pere Albertí es el papel jugado por las instituciones sin finalidades lucrativas. En el apartado de las de inserción sociolaboral, se pone de relieve el trabajo realizado por Cáritas, el Grup d'Educadors de Carrer (GREC), Suport Social, Ecoprest y Ateneu Alcari, que pese a registrar en su conjunto una reducción en sus ingresos del 4,6% entre 2006 y 2013 y ver como su cifra de trabajadores se reducía un 16%, el volumen de beneficiarios no ha dejado de crecer, al pasar de los 14.424 durante 2006 a los 15.689 en 2013. En este aspecto, aparece un factor clave: su número de voluntarios y socios durante ese periodo se ha disparado un 34,6%, al pasar de 1.115 a 1.501. Por ello, el autor del estudio subraya el papel tan importante jugado por el voluntariado durante esta crisis.

Las fundaciones sociales, como La Sapiencia, Deixalles, Nazaret y Projecte Home muestran avances aun más llamativos, al mejorar sus ingresos en esos siete años casi un 36% y sus voluntarios un 97,4% (por contra sus trabajadores bajan un 6,3%). El resultado es que su número de beneficiarios se ha duplicado, al pasar de 2.385 a 5.102.

En el caso de Cruz Roja, es especialmente relevante que también su voluntariado se ha multiplicado por dos en ese periodo, pese al descenso de beneficiarios antes explicado.

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