El profesor de la Universidad de Stanford y consultor de empresas, Antonio Vives, habló ayer, en el coloquio de Esment Escola Profesional, de la situación educativa del país en el contexto de la formación profesional dual. Vives destacó la "cultura del subsidio", la preocupación por los "ninis" y el dinero mal gastado por las administraciones públicas. Además explicó que la responsablidad social corporativa de las empresas modernas pasa por invertir en la formación de su propio personal.

Según el profesor, la "cultura del subsidio" está muy presente en España. Explicó que "las palabras más usudas son ayudas, subsidios y subvenciones" y asegura que sirven como excusa para no buscar maneras creativas de conseguir lo que se desea". Lo comparó con Estados Unidos, donde imparte clases, y donde los estudiantes "se las tienen que arreglar para alcanzar lo que quieren".

Lo importante para Vives no es tanto el gasto monetario que haga la administración pública en educación, sino la calidad de ese desembolso y su buena inversión. En este sentido argumentó que el gasto de un estudiante que repite en varias ocasiones supone "un gasto para el Estado, que podría ser utilizado para la formación profesional dual". Añadió que "todo el mundo no está hecho para ir a la universidad".

El profesor de Stanford cifró en 800 mil los jóvenes que ni trabajan ni estudian. Comentó que este colectivo constituye "una generación perdida y por ello son presa del populismo presentando una amenaza para la estabilidad social del país". Agregó que "son ninis porque queremos que vayan a la universidad pero están incapacitados para ello".

Una solución para los ninis y las personas "que no están hechas para la universidad", según el consultor, es la formación dual conectada con la responsabilidad social corporativa de las empresas. Calificó la formación profesional dual como "el futuro para la creación del buen empleo".

En el escenario de Esment Escola Profesional, uno de los centros que imparte este tipo de estudios donde la teoría se compatibiliza con la experiencia profesional, Vives aseguró que este método es el más idóneo para la enseñanza de oficios.

El profesor explicó que la sensación de preparación para un trabajo cambia según la perspectiva. Añadió que el centro educativo piensa que el alumno está capacitado en un 72%, el alumno lo cree en un 45% y la empresa sólo en un 42%. Por ello, asegura que la formación en la empresa provocará una mayor profesionalidad en el puesto de trabajo.

Por ello, la formación en empresas hace parte de la responsabilidad social de la empresa, además de ser una inversión a largo plazo. Las compañías, según Vives, a veces son corto placistas, pero la formación de su propio personal les supone un beneficio intangible.

La directora de RSC (responsabilidad social corporativa) de Riu hoteles, Catalina Alemany, coincidió en que la formación en la empresa es "una inversión con retorno y fideliza al empleado". Añadió que "es necesario recuperar la figura del aprendiz". La cadena hotelera colabora activamente con la escuela Esment.

La Fundación Bertelsmann, a través de su senior project manager, Ignacio de Benito, también apostó por este tipo de educación y está llevando a cabo un proyecto para su difusión.