El actual secretario general del PP, Miquel Vidal, es el hombre de consenso para substituir a José Ramón Bauzá y dirigir al PP durante la travesía hacia el congreso de principios de 2016. Los dos sectores enfrentados llegaron ayer a un acuerdo y Madrid lo ha ratificado con el claro mandato de que se paralice de inmediato la guerra abierta en el seno del partido. El nombre de Vidal figuraba junto a un grupo de personas de relevancia en el partido: Xisco Fiol, María Salom y Mabel Cabrer. Al final se ha optado por una persona que conozca el funcionamiento de la formación.

El nuevo presidente del PP contará con los líderes de las dos facciones en conflicto, Sebastià Sagreras (críticos) y Jaume Bauçà (oficialistas) como vicepresidentes. De igual modo, se apunta que en el equipo de trabajo también figurarán Fiol y Cabrer. El exconseller de Educación y de Salud era una de las personas con más posibilidades, pero en el PP afirman que el sector de Rodríguez lo vetó.

Este acuerdo permite paralizar la guerra intestina entre los dos sectores de los populares. Ahora solo falta la dimisión de José Ramón Bauzá para alumbrar el cambio de rumbo al frente del Partido Popular de Balears. Todo apunta a que la esperada marcha de Bauzá, anunciada hace dos meses, pueda producirse hoy, toda vez que ayer juró su cargo como miembro del Senado.

Este acuerdo permite el cese de las hostilidades internas. Pero no hay que descartar que en los próximos meses se produzcan desavenencias entre las dos facciones. Hay que recordar que los críticos apostarán porque Mateo Isern sea el candidato a las elecciones generales por Balears. José Ramón Bauzá y José María Rodríguez, a través de su gente en la junta provisional, intentarán vetarlo y colocar a otro candidato.

El sector crítico, comandado por Sagreras, Company y Sansaloni, lleva desde varios días después de las elecciones pidiendo la cabeza de Bauzá. El expresident del Govern ha permanecido durante dos meses al frente del partido pese a haber anunciado su dimisión el pasado 26 de mayo. Bauzá ha seguido queriendo controlar el partido y, especialmente a su sucesor. Es por ello que el sector crítico se levantó en armas el pasado fin de semana. Se dieron cuenta que Bauzá y Rodríguez estaban detrás de la candidatura del exalcalde de Montuïri, Jaume Bauçà, y contraatacaron presentando al alcalde de Campos, Sebastià Sagreras, de alternativa. La guerra estaba servida y las batallas han sido múltiples durante estos días.

Tanto en el sector crítico, como en el oficialista mostraron ayer su satisfacción por la elección de Miquel Vidal. El exalcalde de Santanyí fue nombrado secretario general por Bauzá. Sin embargo, en las últimas semanas han tenido más de un enfrentamiento. Vidal entendía que la postura de aferrarse al cargo de Bauzá estaba recrudeciendo la guerra interna en el partido.

Si Bauzá dimite hoy, el comité ejecutivo para nombrar a Miquel Vidal presidente provisional se podría celebrar entre el próximo lunes y el martes. El acuerdo entre las dos facciones lo convertirá en una reunión de guante blanco.