­La primera trifulca parlamentaria de la legislatura se cierra con una solución idéntica a la que PP, PSOE y Més rechazaron el jueves pasado, cuando la propuso la presidenta del Parlament (Xelo Huertas, Podemos): la presidencia y los tres asesores que la completan se reducirán los salarios un 15%, mientras el resto de diputados cobrarán un 5% menos. Solo el resto de asesores y los funcionarios del Parlament conservan su retribución. Con todo, el ahorro en nóminas será de 250.000 euros al año, un millón de euros rescatados para el erario público cuando concluya la legislatura. El recorte salió adelante con el apoyo de todos los partidos, incluidos los tres que votaron en contra hace unos días, apelando a un consenso que, ahora sí, llega tras la tormenta mediática.

Menos consenso genera el reparto de asesores, que también se aprobó ayer. Al final, y contra lo prometido en campaña por partidos como los tres que conforman el pacto de Govern (PSOE, Més y Podemos) los grupos políticos se repartirán los mismos asesores que la pasada legislatura. El cambio en este asunto es que están de acuerdo en el argumento para defender que haya la misma cifra de designados políticos: unos y otros aseguran que hace cuatro años se repartían 23 asesores entre solo tres grupos con representación (23 entre PP, PSOE y Més), pero en esta legislatura han entrado en el Parlament siete partidos, con lo que habrá los mismos profesionales designados a dedo, solo que cada partido tocará a menos.

Y aquí es donde empieza la polémica. En este caso, los insatisfechos son los partidos más minoritarios, caso de El Pi, Ciudadanos y Més per Menorca. Se quejan de algo que, por otra parte, dicen los números: tienen menos gente con la que hacer labor parlamentaria.

Argumentan por ejemplo que partidos como el PP, que ya tiene 20 diputados para atender todos los frentes (áreas temáticas, comisiones, comunicación...), además se hace con ocho asesores para el grupo, a los que se suman los dos que le corresponden por su presencia en la mesa del Parlament. Es decir, tendrá 30 políticos y asesores en total. El PSOE agrega a sus quince diputados, seis designados de apoyo para el grupo y otro en la mesa de la cámara, que elevan la plantilla a 23 sueldos.

Podemos cuenta con 10 parlamentarios, cuatro asesores y los tres que aporta la presidencia del Parlament, que es el único nivel en el que se suprime un digitado político (la presidenta ha renunciado a nombrar chófer y usará los de plantilla, a diferencia de sus predecesores). En total, Podemos se apoya en 17 efectivos. Més, a su vez, se hace con cuatro asesores (tres en el grupo y uno en la mesa), menos de los esperados (contaban con uno más para Menorca), por lo que se abstuvieron en la votación. Y El Pi y Ciudadanos (integrado en el grupo mixto), se quedan con un asesor cada uno, para enfado de sus líderes. Jaume Font, de El Pi, cargaba contra Podemos. Suya es la solución de reparto final. "Han pisoteado los derechos de los grupos minoritarios, que no vamos a poder trabajar en las mismas condiciones. No nos importaba bajarnos un 15% el sueldo todos, incluso haber tenido apoyo a media jornada, pero en Podemos dijeron una cosa y hacen otra. Empiezan con mal pie. Necesitamos estructura para trabajar y no lo quieren. Aquí el grande se come al pequeño", se despachaba, airado, Font.