La prometida bajada de sueldos para políticos y asesores del nuevo Parlament llegó ayer. PSOE, Podemos y Més llegaron finalmente a un acuerdo para reducir un 5% las pagas a todos los diputados, portavoces, miembros de la Mesa y personal eventual de confianza dependiente de la misma. En el caso de la presidenta de la Cámara, Xelo Huertas (Podemos), la bajada será del 15%, al ser su retribución la más elevada de todas, casi 80.000 euros. Este mismo porcentaje se aplicará a las nóminas de sus asesores directos. Huertas va a mantener a tres de los cuatro que tiene asignados (ha decidido prescindir del chófer de confianza y utilizará los funcionarios).

El pacto in extremis del tripartito garantiza los 10 votos de los diputados de Podemos para la investidura hoy de Francina Armengol (PSOE). Ayer por la mañana, ante la falta de consenso para llevar a cabo esta reducción -Huertas había propuesto días antes en solitario la suya, y se frustró-, Podemos decidió que solo seis de sus parlamentarios apoyarían a la socialista, mientras que los otros cuatro se abstendrían. Su postura volvió a tensar las relaciones con socialistas y ecosoberanistas, que lamentaban la imagen de desunión que se hubiera proyectado en la votación de hoy, un acto clave de la legislatura.

La propuesta de consenso que fructificó a media tarde surge de aunar los criterios de Més y de Podemos. El tijeretazo global a diputados y los cuatro miembros de la Mesa permitirá un ahorro para el contribuyente en torno a los 230.000 euros anuales, según fuentes de Més.

Adiós a la dedicación plena

Otra medida innovadora de esta legislatura es la supresión de las dedicaciones plenas, que hasta ahora permitían a los diputados cobrar el 100% de la remuneración parlamentaria (57.406 euros anuales) más la correspondiente por sus negocios privados, generalmente despachos de abogados. Con la desaparición de esta figura, las dedicaciones pasan a ser exclusivas; de este modo, los parlamentarios estarán obligados a elegir entre el sueldo de la Cámara, recortado en un 5%, o los ingresos procedentes de sus actividades privadas. Esto supondrá que un mayor número de parlamentarios se acogerá al sistema de percepción de dietas, para así poder compatibilizarlo con su profesión.

Sumado a la mencionada reducción de sueldos, el coste del nuevo Parlament rondará los 600.000 euros menos, informaron fuentes de Podemos.

Con la nueva bajada -el Govern de José Ramón Bauzá ya aplicó una en 2011-, Huertas pasará a cobrar unos 67.800 euros (su antecesora percibía 79.833). La flamante presidenta ha explicado que solo se quedará una parte de dicho salario, la correspondiente a tres veces el salario mínimo interprofesional (unos 1.944 euros al mes), como fijan las directrices de Podemos para sus cargos públicos.

El resto, algo más de la mitad de su remuneración anual, la entregará "parte al partido y parte al proyecto Impulsa [una fundación gestionada por Podemos]", explicó ella misma el domingo en una entrevista en este diario. "Es un proyecto para fomentar emprendedores con proyectos sociales e innovadores. Se podrá inscribir quien quiera, y los inscritos votarán esos proyectos y se financiarán los más votados", añadió Huertas.