Estar gordo ya no es sinónimo de felicidad. La creencia que relacionaba el buen humor y la alegría con unos cuantos kilos de más, está cayendo por su propio peso. De ahí que la UE haya puesto en marcha un ambicioso proyecto para prevenir la aparición de procesos depresivos entre la población con exceso de peso ya que tanto la obesidad como la depresión son dos procesos cada vez más prevalentes en los problemas de salud pública.

"La obesidad y la depresión están cada vez más relacionados. Los gordos no son nada felices. Está demostrado que se mueren antes por los problemas cardiovasculares que padecen por su exceso de peso y ahora estamos constatando que también las personas obesas tienen más episodios depresivos", sostiene el psiquiatra de la UIB Miquel Roca, investigador principal de España en este estudio denominado MooDFOOD y financiado por la UE que busca desarrollar nuevas estrategias para promover la salud mental y el bienestar a través de la alimentación y el estilo de vida.

Para este "megaproyecto", como lo definió el propio Roca, se reclutará, desde mediados del próximo mes, a mil europeos, 250 de ellos mallorquines. El perfil buscado es el de personas de entre 18 y 75 años de edad con sobrepeso en la actualidad (índice de masa corporal superior al 25) y que en algún momento haya padecido algún proceso depresivo aunque es preciso que ni estén tomando fármacos para superar este problema ni recibiendo tratamiento psicológico en la actualidad.

"Desde el próximo mes y durante el próximo año reclutaremos a mil europeos, una cuarta parte de ellos mallorquines, por lo que el estudio abarcara diferentes tipos genéticos y formas de alimentación diferentes", resaltó Roca para demostrar la ambición de este proyecto que, dijo, también busca desarrollar y difundir estrategias nutricionales para prevenir la depresión.

"Es un estudio traslacional que se aplicará rápidamente a las guías clínicas de Atención Primaria de toda la UE", resaltó Roca, que también quiso destacar los 1,2 millones de euros procedentes de fondos europeos que gestionará la UIB y que servirán para, entre otras cosas, pagar los salarios de los investigadores -él mismo, Margalida Gili, Jordi Llabrés, Miquel Tortella y Mauro García Toro- y los becarios Josep Lluís, Adoración Castro, Clara Homar, Margalida Vives y Emilio López Navarro.