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Educación

Todo empieza en la ´escoleta´

Escolarizar a un niño en sus tres primeros años implica mejor rendimiento y habilidades sociales, pero desde la UIB advierten: esa educación ha de ser global, integral y de calidad, sino es contraproducente

Maria Antònia Riera y Maria Ferrer en su despacho de la Universitat.

La escoleta debe preparar el terreno para el aprendizaje y para que los niños se formen como personas. Detectar los posibles obstáculos y poner unas buenas bases para asegurarse que esa tierra será fértil cuando, ya en la escuela, los profesores empiecen a sembrar conocimientos en las cabezas de los chavales.

Aunque la literatura científica sobre el tema aún no abunda en España, cada vez más estudios demuestran los beneficios que supone escolarizar a los críos en sus tres primeros años de vida. El último estudio, El impacto de la Educación Infantil en los resultados de Primaria: evidencia para España a partir de un experimento natural, fue presentado hace dos semanas por la Fundación Ramón Areces y su conclusión es clara: con cada curso de Infantil, en Primaria el alumno puede mejorar hasta un 6% sus notas en Matemáticas y un 4,4% en Lengua.

Desde la Universitat, Maria Antònia Riera y Maria Ferrer hacen sus matices. Estas investigadoras del grupo de Primera Infancia señalan que es verdad que están comprobadas las mejoras en habilidades lingüísticas y sociales, pero precisan que para que sea beneficiosa, esta Educación Infantil ha de ser "de calidad"; esto es: con personal debidamente formado y con unas buenas condiciones laborables (que incluyan por ejemplo tiempo de planificación y atención a las familias); un espacio adecuado y unas ratios no muy elevadas.

"De no darse estas condiciones, los efectos pueden ser los contrarios", advierte Riera, que cita estudios que han probado que a larga pueden generarse problemas de rendimiento académico o de conducta (por ejemplo, de agresividad). ¿Se dan en Balears estas condiciones? No.

Respecto a la mejora en el rendimiento académico, Ferrer insiste en que eso no implica que ese primer ciclo de Educación Infantil (de 0 a 3 años) deba consistir simplemente en meterles contenidos en la cabeza. "Hablamos de una educación integral, global; no de hacer fichas ni de usar libros de texto", apunta. ¿Qué trabajar entonces? La autonomía, la curiosidad, la interacción social, la gestión emocional... "Solo hay que poner las bases, unos buenos cimientos, para que más tarde el aprendizaje surja de manera natural".

Riera se muestra contraria a las prisas y al afán competitivo que les surgen a algunos padres para que sus hijos empiecen a leer cuanto antes: "En los Países Nórdicos no empiezan hasta los siete años; ahí tienen clara la importancia del juego para el desarrollo del niño".

Hechos estos matices, sí creen que la batalla contra el fracaso escolar empieza a esas edades, aunque siempre adaptándose a las necesidades y ritmos de cada niño. O incluso antes, ya que creen que la batalla debería empezar mejorando la formación de los maestros.

Añaden que una buena oferta pública de 0-3 años implica además una educación equitativa. Las dos investigadoras, responsables del Máster de Primera Infancia -único en toda España-, citan otros estudios como el que se hizo sobre el programa Head Start de EE UU. Este programa de preescolar para alumnos de clases desfavorables ha demostrado que contribuye a disminuir la delincuencia, los embarazos no deseados, el paro juvenil y el fracaso escolar.

Según los datos del ministerio de Educación que incluye el estudio, Balears está por debajo de la media en escolarización hasta los dos años, con un 21,5% de niños que acuden a la escoleta frente al 31,8% del promedio nacional. A los tres años, las tasas superan el 90%.

Las dos investigadoras recelan también de estos datos por su antigüedad (son del curso 2011-2012) y porque no les cuadra que la mayoría esté matriculado en centros públicos y que solo un 32% acuda a la red privada.

El anterior Pacte de Progrés hizo una apuesta decidida por esa educación de calidad, recuerdan, creando el Institut de l´Educació per a la Primera Infància y poniendo en marcha un plan de creación de escoletes municipales, en el marco del programa Educa3 del gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero (posteriormente abortado por Mariano Rajoy).

Una etapa víctima de los ajustes

El cambio de gobierno y los recortes, tanto a nivel autonómico como nacional, no solo frenaron la creación de plazas públicas, sino que dejaron las ya creadas peor dotadas (lo que propició que subieran los precios) o directamente con la gestión a cargo de alguna empresa privada, lo que para estas pedagogas supuso un retroceso de esa calidad tan necesaria para lograr que el primer ciclo de Infantil sea beneficioso.

Aquella legislatura, en 2008, se aprobó además una normativa de requisitos (desde la titulación de personal, a las ratios o las medidas mínimas del espacio) para operar como centro de Educación Infantil o ´escoleta´. Una sentencia del TSJB dictó que solo debían cumplir los requisitos los centros que hicieran una labor educativa y que los que se limitaban a ser ´asistenciales´ estaban exentos, creando así una doble red.

Según la conselleria de Educación, en Balears hay actualmente un total de 180 centros autorizados. La Conselleria no tiene las cifras de cuántas guarderías sin sello oficial operan en las islas, ya que al no considerarse centros educativos, entienden que no son de su competencia y, por tanto, ni los cuentan ni los inspeccionan.

Esa es una de las cosas que tanto Riera como Ferrer creen que deben cambiarse, aunque son conscientes de que en realidad el paquete de medidas a adoptar para una buena Educación Infantil es mucho más amplio, ya que aparte de todo lo mencionado, también creen que deberían revisarse aspectos como las políticas de conciliación. Apelan también a las familias, para que elijan centros para sus hijos siendo conscientes de que todo empieza en la escoleta.

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