La infanta Cristina y su marido Iñaki Urdangarin han comunicado, a través del abogado del segundo, Mario Pascual, la inminente venta de su palacete del barrio barcelonés de Pedralbes, una operación que se ha retrasado varios meses por las diferencias entre los exduques de Palma y el juez Castro sobre el destino del dinero.

Los dos acusados deberán depositar en el juzgado de instrucción 3 de Palma casi 2,4 millones de euros para cubrir sus respectivas fianzas por el caso Nóos, que ascienden a cerca de 2,7 millones en el caso de la Infanta y a 13,5 en el de su marido.

Pascual ha notificado que la fecha para firmar las escrituras de la venta ya está pactada entre ambas partes y que la operación se realizará de acuerdo con el plan aprobado por Castro y ratificado después por la sala segunda de la Audiencia.

El comprador es un abogado, que representa a una familia barcelonesa, y que ofreció pagar 6,95 millones de euros por la antigua casa torre situada en la calle de Elisenda de Pinós 11-13 de Barcelona. Esta parte entregó a la Infanta y su marido unas arras de 300.000 euros y pactó que la operación debería sellarse antes de mediados de marzo pasado.

Comprado en 2004

La casa, de 1.000 metros cuadrados de superficie y construida sobre una parcela de 2.200 metros cuadrados, pertenecía al 50 por ciento a doña Cristina y a su esposo. La vivienda dispone de 7 habitaciones, 10 baños, un salón de 120 metros cuadrados, piscina de agua salada, alojamientos para invitados y un jardín de 1.300 metros cuadrados.

La finca, además del embargo judicial, tenía otra carga: una hipoteca millonaria en favor de La Caixa. Cristina de Borbón y su marido adquirieron el inmueble en 2004 por 5,8 millones de euros. Firmaron un préstamo con La Caixa por cinco millones de euros que vencía en 30

años con varios años de carencia.