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Construcción

Un suelo caro y en muy pocas manos

La recuperación del sector del ladrillo se ve frenada por la escasez que se mantiene en la edificación de nuevas viviendas

Promotores y constructores lamentan que la edificación de viviendas plurifamiliares siga sin recuperarse. Manu Mielniezuk

­La mejoría que el sector de la construcción muestra desde hace meses en materia de inversión y empleo cuenta con un lastre que se suma a los bajos márgenes de beneficio con los que sus empresas se ven obligadas a trabajar: la baja actividad en la edificación de viviendas que se mantiene en el archipiélago. En este caso, el problema apuntado tanto por promotores inmobiliarios como por constructores es el mismo: el suelo disponible es excesivamente caro para poder desarrollar pisos por un precio inferior a los 200.000 euros (en los que se concentra la demanda de los residentes), y además está en muy pocas manos, principalmente de entidades financieras y del denominado ´banco malo´ (Sareb).

En el lado positivo del sector aparece un aumento de la inversión privada del 84% durante el primer trimestre de este año en comparación con el mismo periodo de 2014, hasta acercarse a los 255 millones de euros, en buena medida gracias al impulso de la obra vinculada a la reforma y modernización de instalaciones turísticas (pese a las quejas sobre la guerra de precios a la baja existente) y al impulso que muestra la edificación de chalets.

En el caso de la obra pública, la evolución también es positiva, aunque en una medida muy inferior a la esperada: en los primeros cuatro meses de este año ha alcanzado un valor de 62,9 millones de euros, con un alza del 6% en relación al mismo periodo del ejercicio anterior. La mayor aportación de ingresos para el sector ha venido de la mano de los entes locales, como consells insulars y ayuntamientos, con 28,4 millones de euros, frente a los 20,7 millones de la Administración autonómica y los 13,8 millones de la estatal.

Respecto al empleo, está creciendo en el sector a ritmos próximos al 15% interanual, lo que supone haber cerrado el pasado mes de abril con 43.563 afiliados a la Seguridad Social, sumando tanto el régimen general como el de autónomos. Esta mejoría, sin embargo, se matiza tanto desde la patronal del sector como desde los sindicatos. La secretaria general de UGT-Construcción, Sonia Saavedra, recuerda que de los más de 35.000 empleos perdidos en la construcción balear durante la crisis, solo se han recuperado 5.000. Y el director de la asociación de constructores de las islas, Manuel Gómez, destaca que esos más de 43.000 afiliados del pasado abril se mantienen todavía por debajo de los 44.521 del mismo mes de 2011, y a años luz de los 71.600 de 2011, una cifra esta última que no se aspira ya a recuperar.

Poca vivienda plurifamiliar

Pero al margen de lo expuesto, desde el sector empresarial se recuerda un aspecto que se califica de fundamental: no hay actividad constructora que genere más empleo, y que además tenga tanto peso en el capítulo de inversiones, como la edificación de viviendas. Y es en este apartado donde aparece la caída más fuerte durante los últimos años y, aunque comienza a presentar una evolución positiva, donde todavía queda más terreno por recuperar debido a que la actividad en este campo se centra actualmente en levantar chalets por encargo de sus futuros propietarios, mientras que la promoción de edificios plurifamiliares se mantiene en niveles mínimos.

El problema fundamental, según apuntan tanto Manuel Gómez como el presidente de la asociación de promotores inmobiliarios del archipiélago, José Luis Guillén, es la escasez de suelo. Especialmente porque en el caso del municipio con mayor demanda, como es Palma, "está en manos de tres o cuatro", según apunta el representante de los constructores, a lo que el de los promotores añade que estos pocos son, básicamente, entidades financieras que se niegan a reducir su valor para poder desarrollar inmuebles a precio asequible (por debajo de los 200.000 euros antes señalados). Y Guillén pone nombres a estos propietarios: son principalmente La Caixa, Banco Santander, Banco Sabadell (éste por haber absorbido la Caja de Ahorros del Mediterráneo) y el Sareb tras las entregas protagonizadas por BMN, es decir Sa Nostra, y Bankia.

Según Guillén, el estancamiento que se está dando en el desarrollo de estos terrenos, extrapolable a otros puntos del país, explica que algunas entidades financieras hayan anunciado ya su intensión de promover ellas mismas la edificación de plurifamiliares, una estrategia que en opinión del presidente de los promotores llegará también a Palma.

Un aspecto sí mejora: los bancos comienzan a financiar nuevas promociones, pero con unas condiciones de solvencia del promotor muy importantes.

Esta escasez de pisos de nueva construcción en la isla explica por qué Balears ha registrado durante el primer trimestre de este año el mayor incremento del valor de la vivienda, cifrado en un 2,8% respecto al ejercicio anterior, seguido del 2,3% de Madrid y lejos del 1,5% de la media estatal.

En los inmuebles nuevos, este crecimiento ha sido del 4,5%, un alza que se debe tanto a la escasez existente como al hecho de que el poco producto que se desarrolla va dirigido a un segmento de la clientela de mayor poder adquisitivo. Esta tasa balear solo la han superado Canarias, Cataluña y la Comunidad Valenciana.

Pero al haber poca vivienda nueva, la demanda se está dirigiendo a la de segunda mano, que se ha encarecido un 2,7% en las islas, en este caso el porcentaje más alto de toda España, seguido del 2% de Madrid y del 1,6% de Canarias y Castilla-La Mancha.

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