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Competencia desleal

La patronal del transporte cifra en medio millar los taxis piratas de Balears

La federación empresarial aprobará el próximo mes el presupuesto para contratar detectives y denunciarlos

Los taxistas han denunciado reiteradamente las irregularidades que se cometen. M. Massutí

La federación balear de empresas de transporte cifra en unos 500 los taxis piratas que trabajan en Balears, de los que cerca de 200 tienen su centro de operaciones en Mallorca, y más concretamente en el aeropuerto de Palma, mientras que otros 300 se encuentran en Eivissa. Este problema, que según las patronales del sector no consigue frenarse, va a combatirse a partir del próximo mes con dos nuevas medidas: el Govern activará durante la primera quincena de junio las nuevas cámaras que se instalarán en Son Sant Joan para la lectura de matrículas, y la citada patronal isleña tiene previsto aprobar en su asamblea general el presupuesto para contratar una agencia de detectives para denunciar posteriormente los casos que se detecten.

Tanto el gerente de la federación de transportistas del archipiélago, Salvador Servera, como el presidente de la asociación mallorquina de autónomos del taxi, Gabriel Moragues, destacan los perjuicios que estos 'piratas' generan y el escaso resultado que se ha obtenido hasta el momento a la hora de combatirlos, pese a que sus estrategias son ya ampliamente conocidas.

De este modo, se destaca que entre los principales objetivos de los llamados taxis piratas están los pasajeros que llegan al aeropuerto en vuelos de bajo coste (los aviones contratados por los tour operadores incluyen el traslado del visitante desde el aeropuerto al hotel). Estos turistas se encuentran en Son Sant Joan con los "captadores", es decir, personas que ofrecen los servicios de traslado a diferentes puntos de la isla por precios más económicos que los servicios legales. Una vez han juntado a un grupo lo suficientemente grande, los llevan hasta vehículos que en ocasiones pueden llegar a tener hasta una veintena de plazas. Se dan casos de autocares que cuentan con licencia para realizar el transporte discrecional, pero que incumplen la obligación de tener el traslado previamente contratado y lo que hacen es ofrecer el servicio a estos pasajeros.

Uno de los casos más chocantes es expuesto por Moragues: amparándose en que el transporte de mercancías está más liberalizado, uno de estos conductores ofrecía a los turistas el traslado de sus maletas bajo un precio acordado, pero incluyendo como bonificación gratuita el llevar también a las personas. Este caso ha sido denunciado, según destacó el presidente de los taxistas, dado que resultaba demasiado obvio que se trata de una actuación ilegal.

Otro sistema habitual de los taxis piratas es ofrecer sus servicios a través de páginas de internet, según apunta Salvador Servera, una práctica lo suficientemente extendida como para que haya sido denunciada también ante el ministerio de Fomento. En ocasiones, la oferta del transporte se vincula a otros servicios turísticos, como el alquiler de un apartamento en el que se incluye en el precio el traslado entre el aeropuerto y la vivienda.

Actuación de profesionales

Un aspecto que se pone de relieve es que la mayoría de los taxis piratas pertenecen a profesionales que utilizan la vía de la ilegalidad para ampliar sus ingresos, y se rechaza el mito de que se trata de parados que hacen uso de su vehículo particular para poder subsistir.

Según Servera, si en Mallorca operan entre 150 y 200 vehículos piratas (la patronal de taxistas de la part forana entregó hace unas semanas al Govern un listado con 200 matrículas), en Eivissa esa cifra se puede elevar hasta los 300. Y no solo son más, sino que además actúan con mayor descaro, según manifiesta el gerente de la patronal de transportistas, hasta el punto de que se ha detectado este servicio ilegal desarrollado con vehículos Hummer (unos todoterreno de gran tamaño similares a vehículos militares y muy poco discretos). En el caso de la isla pitiusa, los taxis piratas actúan en su aeropuerto pero también a la salida de las discotecas, aunque este segundo fenómeno se ha reducido con la adjudicación de licencias para taxis de temporada y legales.

En Menorca este fenómeno aparece mucho más limitado y generalmente relacionado con la adquisición de otros servicios. Como ejemplo, si se contrata a una empresa de buceo, está lleva al cliente no solo desde su local hasta la playa, sino que incluye también el traslado hasta el hotel.

En el caso de Mallorca, tanto Servera como Moragues valoran que durante la primera quincena de junio se vayan a activar las cámaras para la lectura de matriculas en Son Sant Joan -con ligero retraso al haberse anunciado que funcionarían en mayo-, con las que se detectarán a los vehículos que acuden de forma reiterada al aeropuerto sin tener licencia de transportistas. Además, el primero anuncia que en junio su patronal tiene previsto aprobar el presupuesto para contratar una agencia de detectives con el objetivo de hacer de 'cebos', contratando estos servicios ilegales para luego denunciarlos.

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