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Entrevista

Ignacio Miranda: "Para abrir un negocio lo primero, más que una buena idea, es tener clientes"

Ignacio Miranda se dedica al voluntariado senior para asesorar a emprendedores . M. Mielniezuk

Ignacio Miranda ocupa la presidencia de Secot-Balears, una organización compuesta por jubilados o prejubilados que aprovechan su experiencia profesional para ayudar a otros a poner en marcha nuevas iniciativas empresariales.

-La crisis ha multiplicado los comentarios sobre la necesidad de potenciar el autoempleo. ¿Pero todo el mundo sirve para ser empresario?

-Muchos son los llamados y pocos los escogidos. No todo el mundo sirve. Pero hay que diferenciar entre ser empresario y ser emprendedor. Toda persona debe de ser emprendedora y tener una actitud abierta a aprender, a reciclarse, de compromiso. Ser empresario es otra cosa, y pasa por la gestión de un proyecto y de un equipo, tener unas responsabilidades. El salto entre emprendedor y empresario es importante.

-El presidente de una patronal comentaba no hace mucho que en este momento existe una 'burbuja de emprendedores' que intentan montar negocios, lo que está provocando una saturación en algunos sectores.

-El exceso de mano de obra inactiva genera que haya una gran cantidad de intentos de colocarse, y en teoría la fórmula que parece más cómoda para ello es el autoempleo porque apenas ha habido ofertas de trabajo, aunque ahora sí que comienzan a verse. El emprendimiento ha vivido un boom, como el coaching, los informáticos o el marketing online. Es un intento de generar unos ingresos para vivir.

-Desde Secot-Balears llevan medio año prestando un servicio de asesoramiento senior de la mano de la Cámara de Comercio. ¿Cuál es el balance?.

-El año pasado atendimos a 18 emprendedores con el programa Yuzz que patrocina el Banco Santander y a 11 empresarios en la Cámara. No todos acabaron, porque mucha gente deja su proyecto si le sale un trabajo.

-¿Qué tasa de éxito tienen los nuevos proyectos de los emprendedores?

-Algunas estadísticas hablan de que al tercer año ya han fallecido el 80% de estas iniciativas.

-¿Cuál es el primer consejo que se le da a un emprendedor?

-Tener mucho entusiasmo y gente que le escuche y que le pueda hacer un poco de abogado del diablo. Estar absolutamente solo puede ser muy peligroso porque no sabes muy bien donde vas.

-¿Y cuáles son los errores más comunes?

-Algunos errores que hemos visto es el de asociarse con gente que no comparte lo mismo y uno se dedica mucho más al proyecto que otro. Ya dicen que es más difícil tener un socio que una pareja. Otro factor es la inseguridad que provoca el que nada más montar una empresa haya que empezar a pagar impuestos sin tener ingresos, por lo que en cuanto sale un empleo fijo, aunque sea mal pagado, se abandona el proyecto.

-Otra afirmación de un presidente de patronal isleña: el que piensa que al día siguiente de abrir el negocio va a tener ingresos, se equivoca. Hay que tener margen para aguantar un tiempo con pérdidas.

-Muchos dicen que lo primero para abrir un negocio es tener una buena idea. Yo digo que lo primero es tener clientes. Estoy de acuerdo con el comentario de ese responsable empresarial. He conocido a personas que han montado una empresa, han conseguido un crédito para financiarse y se han olvidado de que tiene que comer, que necesitan materia prima, pagar impuestos... No hacen un plan de negocio."No todos sirven para empresarios, muchos son los llamados y pocos los escogidos"

-¿Otro error común es vincular el patrimonio familiar a la aventura empresarial?

-Lo que aconsejamos es probar el producto al mínimo coste para que si te pegas el tortazo no arriesgues tu patrimonio. En cualquier caso, el joven emprendedor no tiene patrimonio ni garantías, lo que le obliga a buscar avales y la colaboración de socios. Jugarse el patrimonio familiar es una huida hacia adelante. El emprendedor pone la idea, y lo que hacemos los asesores senior es darle un método para que analice cosas que quizás se le escapan, como un buen estudio de la competencia, la determinación del público al que se quieren dirigir y el plan de negocio para detectar si se ha contemplado el tema de la inversión o de la fiscalidad. Cuando nos dicen que el padre les deja el dinero, les recordamos que se le tiene que devolver y que hay que contemplar los riesgos.

-¿Qué sectores tienen más opciones de éxito?

-Todos los proyectos que nos llegan tienen plataforma tecnológica, vendas lo que vendas. El mercado es global. La mayoría de proyectos están pensados para un cliente que inicialmente puede ser de Mallorca pero que a la larga debe de ir más allá. Los competidores vienen de todos los lados y tú debes de estar donde están todos los demás.

"El primer consejo para un emprendedor es tener entusiasmo y alguien que haga de abogado del diablo"

-¿Qué lleva a una persona que está jubilada a ayudar de forma altruista a otros en sus proyectos empresariales?

-Se trata de ayudar a la sociedad balear. Todos tenemos hijos para los que queremos un futuro mejor. Un país en el que los hijos se van de casa a los 35 años y a los padres se les jubila a los 55 o los 60 no puede ir a ningún sitio. Cuando dejas tu vida laboral te planteas si llenar los campos de golf o ir a sembrar patatas, y como tenemos experiencia profesional, lo que elegimos es trasladar nuestro conocimiento a otras personas y asesorar a jóvenes. A todos nos gustaría que nuestros hijos, al acabar la carrera, pudieran disfrutar del asesoramiento de un senior para poder desarrollar sus proyectos. Además, a nosotros mismos nos obliga a estar al día, a ponernos las pilas y estar lo más cerca de esos jóvenes para entender su lenguaje y sus problemas.

-¿Cuánta gente está prestando este servicio en Mallorca y qué perfil tiene?

-Ahora mismo tenemos a gente que viene del mundo de las finanzas, de la banca, del mundo industrial o que tiene empresas particulares, por citar algunos ejemplos. Ahora mismo somos doce, pero estamos cortejando a tres más.

-Antes ha comentado las dificultades de los jóvenes para conseguir una estabilidad laboral y la expulsión del mercado laboral de personas antes de los 60 años como un problema para el país.

-La crisis llevó a todas las empresas a reducir sus costes a las bravas, aunque ahora comienza a recuperarse el empleo. El problema es que se tenía que haber atendido sobre todo a la gente joven, dándole trabajo o becas para que sean activos. Deberían convivir en las empresas jovenes bien formados pero sin experiencia con veteranos que les ayuden a adquirirla.

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