El proceso de descomposición de UPyD y el salto de parte de sus miembros hacia Ciudadanos, el partido de Albert Rivera que se ha hecho con las expectativas que confiaba en recoger Rosa Díez ante la crisis del bipartidismo del PP y PSOE, no ha pasado de puntillas por Balears. El pasado domingo, el hasta entonces líder de la formación magenta en las islas, Juan Antonio Horrach, anunciaba su marcha del partido.
Pocos dudaron, ante el anuncio, de que Horrach abandonaba el barco al haber encontrado ya acomodo en Ciudadanos. No ha sido así y, mientras él asegura que antes de dimitir ya había descartado esta posibilidad, la publicación en su cuenta de Twitter el pasado mes de febrero de una serie de tuits en los que atacaba con dureza a Ciudadanos y a Rivera, con apelaciones incluso a la vida privada del líder de este partido, han hecho que se sospechara de un freno por parte de la dirección de Ciudadanos en Barcelona al fichaje de Horrach.
El expresidente de UPyD en Balears, que además era el candidato de la formación a la presidencia del Govern, rechaza que estos tuits cortaran ninguna intención de hacer carrera en Ciudadanos. "No pudieron frustrar nada porque no había nada que frustrar", sostiene Horrach. De estos polémicos mensajes, lamenta el que hacía referencia a la vida privada de Rivera. En él afirmaba, contestando a otro usuario de la red social: "Además de Rosa tenemos a Irene, Herzog, Cantó, etc. Además de Rivera... ah, sí, su novia Inés Arrimadas, sí". El exlíder de UPyD admite que se arrepiente de estas palabras: "Era una conversación a las 3 de la mañana y acabé soltando eso, que fue impresentable por mi parte".
En cambio, más allá de "la visceralidad de las expresiones", no se arrepiente de los mensajes en los que lanzaba su opinión sobre el repentino éxito de Ciudadanos. "¿Algo bien? sin duda. Sobre todo el marketing. Y que exista Podemos. Sin Pablete, no habría ´operación Rivera´", afirmaba en uno de los tuits después de acusar al líder de Ciudadanos de creerse "el rey del mambo".
Horrach mantiene la opinión que con tanta crudeza expresaba en la red social, aunque cuidando más sus palabras. "Sigo pensando que Ciudadanos tiene mucho de marketing y de hecho es evidente que cuenta con un potente apoyo mediático desde enero para impulsarlo". Con estas opiniones dificilmente podía entrar en el partido de Rivera, aunque reconoce que habló de ello con el recien elegido candidato a la presidencia del Govern por Ciudadanos, Xavier Pericay. Según Horrach, días antes de hacer oficial su abandono de UPyD, explicó a Pericay su decisión ya que ambos son "buenos amigos" y Pericay le planteó la posibilidad de ir en su lista electoral como independiente y en un puesto de no salida.
"No me interesó porque realmente yo quería dejar ya la política y no volvimos a hablar de este asunto", sostiene. Añade que, ahora, él apoyará la candidatura de Pericay al Govern, pero también la de Kiko Alegret, candidato de UPyD al Ayuntamiento de Palma. "Yo a quien apoyo es a Pericay, no a Ciudadanos", concluye.
En realidad, la dirección de Ciudadanos en Barcelona estaba más preocupada por elegir a un candidato para Balears que no fuera el coordinador del partido en las islas, Josep Lluís Bauzá, que en lo que pudiera hacer Horrach. El elegido fue Pericay, que en 2005 firmó, junto a otros intelectuales contrarios al nacionalismo catalán, el manifiesto que supuso el nacimiento de Ciudadanos. En Barcelona habían mirado con lupa a Bauzá, desde su pasado sindical en el CSI-CSIF protagonizando conflictos a sus declaraciones sobre política lingüística, y no gustaba. Fue ahí donde la dirección nacional del partido intervino para cortar las alas, aunque no tanto las de Horrach como las de Bauzá.
