"Yo soy Leonor Pastor, ¿y usted debe ser mi hermana, no?". Una vecina de El Molinar bromeaba ayer con la ministra de Fomento, Ana Pastor, a pie de rotonda, en el el nuevo acceso que desde hoy conecta el barrio marinero con la autopista de Llevant.

Este nuevo enlace fue parada obligatoria del road trip que le organizaron ayer a la ministra para que viera en qué se está gastando parte del dinero del convenio de carreteras. La caravana contó con un importante séquito de minibuses y coches oficiales para transportar a autoridades, asesores, periodistas y técnicos.

Segundo cinturón

La primera parada fueron las obras del segundo cinturón, cerca del cementerio del Bon Sosec. Mientras esperaban a Pastor, al president Bauzá y a Maria Salom (Margalida Duran llegó en otro coche un poco después); el director insular de Carreteras, Rafael Gelabert, explicaba a los periodistas el estado del proyecto. El tramo 3, que enlazará el Pla de Na Tesa y Son Ferriol, se abrirá al tráfico el próximo mes. En julio cuentan con que esté operativa la mayor parte del tramo cuatro, que contempla desdoblar la Ma-30 entre la interesección con la carretera vieja de Inca y la autopista central.

El Consell confía en acabar los dos tramos restantes en un plazo de dos años más. En ese momento, y a pesar de que aún faltaría mucho para complementar del todo el segundo cinturón, el órgano insular cree que ya se aliviará la circulación en Vía de Cintura, con lo que podrían cumplir con un compromiso de su Plan de Calidad Medio Ambiental: reducir la velocidad en la Vía de Cintura a los 80 km/hora.

Pastor llegó con su propio chaleco reflectante con sello ministerial (el resto de autoridades lo lucían de marca Consell) y tras recibir las explicaciones sobre el segundo cinturón, atendió al conseller insular Mauricio Rovira, que le desgranó mediante un panel el proyecto de desdoblamiento de la carretera de Llucmajor-Campos.

Sebastià Sagreras, el alcalde campaner fue presentado por Salom como "el más joven y batallador" y señaló a Pastor que en la actual ruta hay "desgracias cada dos por tres" mientras su homólogo de Llucmajor, Joan Jaume, asentía con convicción. Las obras comenzarían a finales de 2015, durarían dos años y costarían 40 millones.

Tras esta parada, realizada frente a unos muros ya salpicados de grafitis, el séquito se encaminó al nuevo enlace de El Molinar.

Nada más llegar, Pastor se dirgía al atril habilitado para hacer los discursos cuando Bauzá le sugirió al oído que se acercaran a un grupo de vecinos del barrio que estaba allí esperándolos. Entre ellos estaban el presidente de la asociación vecinal, Miquel Obrador; Rafael Gálvez; y Leonor Pastor; que le expresaron a Bauzá y a la ministra su gratitud por el nuevo acceso, que hacía 20 años que esperaban y que facilitará la vida a 20.000 residentes. "El president lo sabe, que es de la barriada", le dijo uno a Pastor. "El Molinar ya no es el patito feo", aplaudió otro.

El alcalde de Palma, Mateu Isern, se sumó a la comitiva en este punto y aunque quedó algo desplazado y alejado del atril cuando empezaron los discursos (Teresa Palmer, Margalida Duran y Mauricio Rovira copaban la primera línea), alguien se dio cuenta y en el turno de preguntas fue reubicado junto a Maria Salom.

"Un hecho de justicia social"

Los dicursos de Salom y de Bauzá, salpicados por los bocinazos de algún que otro coche, no estuvieron exentos de orgullo: "Es un hecho de justicia social", dijo él. Y ambos resaltaron como fundamental el papel del gobierno del PP: "Expreso la gratitud del pueblo mallorquín al gobierno de Mariano Rajoy", dijo ella. No olvidaron criticar la herencia recibida y, sobre todo, insistieron en agradecer a la ministra "su confianza".

Pastor también quiso mirar al pasado y resaltó que "pese a la complicada situación heredada" al acabar esta legislatura el Ministerio habrá invertido 136,8 millones en las carreteras baleares. Sabiendo que es un tema que escuece a los insulares, la ministra aseguró además que "todos los ciudadanos, vivan donde vivan, tienen derecho a una mejor conectividad". Tras los aplausos, se quitaron los chalecos, cada uno se subió a su vehículo y se dio por finalizada una road trip con cierto sabor preelectoral.