El pasado año puso en evidencia la recuperación que comienza a darse en el comercio mallorquín, con un crecimiento del 2,7%, y todo apunta a que este porcentaje incluso mejorará ligeramente durante 2015, hasta situarse en el 3%, según el pronóstico realizado ayer por el presidente de la patronal sectorial Pimeco, Bernat Coll. Pese a este impulso, no se ocultó que siguen existiendo riesgos sobre los pequeños y medianos establecimientos de la isla, como son el que se sigue dependiendo demasiado del gasto que realizan los turistas, a lo que se suma el aumento de la oferta que está generando la apertura de nuevas grandes superficies.

Pimeco presentó ayer su informe anual sobre la situación del sector comercial, del que se desprende que el volumen de negocio del comercio del conjunto de Balears alcanzó el pasado año los 11.700 millones de euros, con un incremento del 4,7% respecto a 2013, aunque en este grupo se incluye la actividad de todo tipo de establecimientos de este sector, incluidas grandes superficies o estaciones de servicio. Este crecimiento es más débil en el caso del comercio tradicional de Mallorca, con el 2,7% antes señalado, dado que se ha alcanzó el pasado año un volumen de negocio de 3.488 millones de euros, es decir, 94 millones más que en 2013.

También se espera que el empleo que el comercio mallorquín genera muestre un balance positivo a lo largo de 2015, con un crecimiento que se prevé en torno al 2%.

Según recordó Bernat Coll, el comercio minorista tocó fondo en 2012, y 2013 mostró ya los primeros síntomas de recuperación, con una evolución al alza que se ha mantenido en 2014 y que según el presidente de Pimeco va a tener continuidad en 2015. Pese a ello, no ocultó que el daño que la crisis ha provocado en el sector ha sido apreciable, con una caída en las ventas del 7,3% entre 2009 y 2014.

Pese a esta ligera reactivación de los últimos ejercicios, el presidente de Pimeco subrayó que la recuperación no ha alcanzado a todos. Así, puso de relieve que han sido los establecimientos de alimentación los primeros en entrar en tasas positivas, al tiempo que también los comercios situados en las zonas turísticas y los de los principales ejes comerciales del centro de Palma presentan una evolución satisfactoria.

Por contra, lamentó que haya tiendas de las barriadas de Palma y de la part forana que todavía están inmersas en una evolución a la baja de sus ventas.

Por ello, y a la hora de hacer balance de la actual legislatura, Coll reconoció que los últimas cuatro años han sido los peores para el sector en su historia reciente, no solo por el impacto que ha tenido el descenso en el consumo durante la crisis, sino también por las políticas liberalizadoras aplicadas desde los gobiernos del Partido Popular, que en su opinión han favorecido claramente a las grandes superficies.

En este sentido, reiteró la petición de que se apruebe una moratoria contra la instalación de estas grandes empresas mientras se redacta el nuevo plan director de equipamientos comerciales, aunque lamentó que los ´populares´ hayan ya votado en contra de la propuesta presentada por otros partidos en este sentido.

Gasto de los cruceristas

El informe presentado ayer por Pimeco incorpora un apartado dedicado al gasto realizado en el comercio por los turistas de cruceros, que se cifra en torno a 22,5 millones euros anuales, aunque se apunta que a esta cifra habría que añadir los desembolsos que realizan las tripulaciones en la isla.

Pese a que se reconoció la importancia que este segmento de la clientela tiene para algunos establecimientos, Bernat Coll recordó que esos desembolsos suponen apenas el 1% de los ingresos totales del comercio en la isla, por lo que matizó la importancia que tiene para el sector.