Algunos pasajeros privilegiados podrán saltarse desde el martes las colas que dan acceso a los controles de seguridad del aeropuerto. ¿Quiénes? Pues quienes las aerolíneas quieran y al precio que las aerolíneas digan. Según explicó ayer el director del aeropuerto de Palma, José Antonio Álvarez, el nuevo servicio responde a una petición de las compañías aéreas, que están presionando para que la entrada exprés restringida se instale en todos los aeropuertos del mundo. Así que la terminal de Palma se ha puesto manos a la obra y ha creado un pasillo que evita a esos pasajeros VIP la cola en zigzag, muchas veces kilométrica, que caracteriza el acceso a los arcos de seguridad. Sobre todo en la temporada alta que en unas semanas comienza.

El invento obliga al aeropuerto y al ente por ahora público que lo gestiona, AENA, a invertir en personal y recursos físicos. Ese coste asciende, según el director del aeropuerto, a 1,5 euros por usuarios. Eso es exactamente lo que recibirá el ente público por el servicio que sufraga: lo que cuesta. A partir de ahí, serán las aerolíneas quienes lo gestionen. ¿Podrán cobrar diez euros por este pase exclusivo? Sí. O no cobrar nada. En cualquier caso le darán a AENA 1,5 euros por viajero, aunque ganen mucho más con el servicio o lo den gratis con algunas tarifas. "Las compañías serán quienes decidan si incluyen o no el servicio [de cola VIP o rápida] en la tarifa", zanja el director del aeropuerto, que defiende que el servicio no supone discriminación alguna y asegura que no supondrá ningún problema para la imagen de Mallorca. "Lo tienen más aeropuertos del mundo. En Barcelona lo ofrecen por el mismo precio y en Madrid tienen un servicio distinto, más caro, de ´fast track´", con el que no solo la cola es VIP, sino que también lo es el arco de seguridad.

En el caso de Palma la fila rápida desemboca en los mismos arcos de seguridad. Es decir, el privilegio concluye con la cola. ¿Y qué ocurrirá cuando un pasajero se tope con una cola normal enorme y vea que no llega a su puerta de embarque a tiempo? ¿Se le permitirá pasar por la fila VIP o tendrá que exponerse a perder el vuelo en el colapso de seguridad? Pues la opción no está contemplada, así que si el pasajero tiene el servicio incluido podrá pasar, y si no, pues tendrá que tragarse la cola entera. Ni siquiera existe de hecho la opción de que, vista la situación, el pasajero opte por pagar por su cuenta los 1,5 euros que según el aeropuerto cuesta el servicio. No hay máquinas para sacar un pase ni nadie que cobre: de eso se encargan las aerolíneas en el momento de la compra del billete.

Sin 50% de descuento

Tampoco ser residente insular dará derecho a nada. Según reconoció el director del aeropuerto, no se contempla la posibilidad de dar acceso a los residentes a esa cola rápida, como compensación a una insularidad que convierte el avión en opción de transporte casi única y obliga a pasar por un aeropuerto muchas veces lleno de turistas. De hecho, la tarifa del servicio de cola rápida no está sujeta al 50% de descuento que se le aplica a los residentes en el resto de conceptos por los que paga al volar. "Es que es un servicio a las aerolíneas, que lo han pedido ellas", insiste el director, que considera que "mezclar esto con el trato a los residentes está fuera de lugar".

¿Y si en la explotación del recurso público las aerolíneas obtienen beneficio, la red pública recibe algo? Pues no, AENA cobrará 1,5 euros en cualquier caso. Asume los gastos sin derecho a lucro. ¿Hay algún precio máximo que puedan pedir las aerolíneas al cliente? Pues tampoco, ni máximo, ni mínimo. Lo que quieran y a quien quieran. Y todo mientras se implantan nuevas exigencias de seguridad que ya están retrasando el paso por los arcos. A ello habrá que sumar el retraso que supondrá para quienes no tengan servicio VIP el hecho de que haya quienes sí lo tienen y por ello se les cuelan a la hora de llegar al arco de seguridad. ¿Habrá líos? El director del aeropuerto dice que no, que en otras terminales ha ido bien. A partir del martes se verá.