La denuncia por los presuntos abusos sexuales cometidos por el sacerdote Antoni Vallespir, prior de Lluc, no solo se investiga en el seno de la Iglesia. Los hechos se han puesto en conocimiento de la Guardia Civil, que ha abierto una investigación sobre el caso. Una investigación que pasa, lógicamente, primero por tomar declaración al denunciante, un hombre de unos 30 años de edad, y después hacer lo mismo, aunque como imputado, con Antoni Vallespir, que la pasada semana fue apartado de su cargo de prior de Lluc como medida cautelar. Antes de llamar a las dos personas implicadas, la Guardia Civil quiere analizar en profundidad los documentos que se han presentado junto a la denuncia, que se centran sobre todo en el testimonio del antiguo blauet de Lluc, que relató que fue víctima de abusos sexuales mientras estudiaba en el internado de Lluc y luego en el monasterio de la Real.
Una vez que la Guardia Civil concluya con la investigación, que pasa por la toma de declaración a los dos implicados en este presunto caso de abusos sexuales, toda la documentación se trasladará al juzgado de Inca. Y será el juez quien decida finalmente si la versión que detalla el denunciante tiene el suficiente valor probatorio para citar a declarar al religioso y, presumiblemente, sentarlo después en el banquillo de los acusados para responder de las graves acusaciones que pesan sobre él.
Mientras Antoni Vallespir espera la llamada de la Guardia Civil, citándole a declarar como denunciado, en las últimas horas ha recibido muchas muestras de apoyo, sobre todo de los seguidores de la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones, que defienden su inocencia y descartan que haya podido cometer este delito de pederastia. Vallespir ha negado las acusaciones que le dedica el antiguo blauet, que asegura que abusó sexualmente de él durante su estancia en Lluc y en la Real. Unos hechos que se produjeron hace más de diez años, pero que hasta ahora no se había atrevido a contarlos porque se sentía avergonzado. El obispo de Mallorca, Javier Salinas, fue quien tomó la drástica decisión de apartar temporalmente al prior de Lluc de sus cargos de responsabilidad en el monasterio. Y lo hizo una vez que tuvo conocimiento de los hechos sobre este episodio de pederastia que detallaba el denunciante.
Por otra parte, la denuncia contra el expárraco de Selva también se tramita en un juzgado de Inca.
El Obispado de Mallorca remitió ayer una nota, en la que además de pedir a los sacerdotes que no realicen manifestaciones públicas sobre estos casos de pederastia, anunció que se redactará una nota, que será leída el domingo en las misas.
