La denuncia de un antiguo blauet contra el prior de Lluc por presuntos abusos sexuales continuados ha provocado una auténtica conmoción en el seno de la Iglesia de Mallorca. Tras haber activado el protocolo de estos casos, aplicando la doctrina de la "tolerancia cero" contra la pederastia eclesial, en el Obispado existe una seria preocupación por el modo de gestionar esta crisis evitando que repercuta en la escolanía del santuario, sobre la que pivota el respeto a este lugar simbólico para el cristianismo en la isla.

El coro de niños que cantan a la Mare de Déu de Lluc es una de las instituciones seculares de Mallorca y una de las más antiguas de Europa. Aunque es pronto para saber si el Obispado hará cambios al frente de la gestión del santuario, estos no se descartan, si bien no habrá una decisión firme al respecto hasta que los supuestos abusos sexuales no estén totalmente sentenciados.

Desde que tuvo conocimiento de la presentación de la denuncia, el obispo Javier Salinas tomó cartas en el asunto personalmente. Sacerdotes mallorquines afirman que el prelado decidió suspender cautelarmente al sacerdote acusado, Antoni Vallespir, al conceder veracidad a los indicios que aparecen en la denuncia -la abogada del blauet aseguró que presentará "pruebas irrefutables" que corroborarían los hechos: "Son pruebas que presentaremos y que normalmente no tenemos en este tipo de casos por la intimidad que les caracteriza"- y sobre todo pensando en que su presencia en el santuario podría alarmar a las familias mientras dure la investigación y se aclaran los hechos.

Las citadas fuentes explican que la contundencia de monseñor Salinas al apartar a Vallespir de Lluc se justifica porque "hay que anteponer el bien de Lluc, por todo lo que representa". No se oculta que las medidas extraordinarias adoptadas por Salinas contra Vallespir han disgustado a una parte del clero diocesano, que las ve demasiado duras. Sin embargo, "la mayoría de párrocos entendemos que solo cabía esta posibilidad, aunque nos duela Toni no puede estar allí arriba (por el santuario en la montaña) hasta que no se sepa qué ocurrió realmente, hay que mirar por la escolanía", resume un rector de la part forana que ha comentado la situación con varios colegas cuyas opiniones coinciden.

Precisamente para manifestar su expreso apoyo a los blauets, el obispo Salinas tiene previsto desplazarse esta misma mañana a Lluc, donde se pondrá a disposición de los padres que quieran hablar con él y quieran plantearle sus preguntas respecto a este caso.

Según fuentes del santuario, el prelado también quiere reunirse con el equipo de tutores de los blauets en el internado y el profesorado que los atiende en el colegio concertado, para manifestarles su apoyo explícito y pedirles que continúen con la gestión que actualmente llevan a cabo y que desde el Obispado se valora.

No está previsto en principio que el obispo oficie la misa de las 11 horas, para que no pueda interpretarse que desautoriza a la congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones, orden que regenta el santuario y a la que pertenece el religioso denunciado.

En principio será un miembro de la comunidad el que presida la eucaristía y no trascendió si habrá un mensaje dirigido a los fieles sobre todo lo acontecido en esta semana.