Tras la denuncia contra el actual prior de Lluc, Antoni Vallespir, el obispo de Mallorca anunció ayer por la mañana que suspendía cautelarmente al sacerdote de todas sus funciones en el santuario y como rector de Escorca, lo que implica que no puede oficiar misa en público. Javier Salinas también ordenó al religioso que abandonara el santuario hasta que no concluya la investigación canónica.

La actuación de monseñor Salinas se produjo en menos de 24 horas desde que tuvo conocimiento de los supuestos abusos sexuales denunciados. Respetando la presunción de inocencia del acusado, el obispo expresó sin medias tintas su solidaridad con la víctima y su "repulsa" por todo lo relacionado con la pederastia en el seno eclesial.

Ester García, abogada de la víctima, mostró su satisfacción por las medidas adoptadas por el Obispado y su rapidez, lo que achacó a la solidez de la denuncia y las pruebas que se disponen en este caso. La letrada anunció además que la semana próxima interpondrá una denuncia penal por los mismos supuestos hechos ante la Justicia ordinaria.

Por medio de un comunicado, el Obispado confirmó que el "tribunal eclesiástico ha recibido la denuncia por parte de un antiguo blauet por presuntos abusos, por lo que "siguiendo el procedimiento habitual en estos casos, se ha iniciado una investigación previa de los hechos".

"Cercanía con la posible víctima"

La nota oficial de la diócesis justifica la medida excepcional ante "la presunta gravedad de los hechos", y recalcó: "Deseamos mostrar nuestro dolor y repulsa por los presuntos delitos denunciados y manifestar nuestra cercanía con la víctima que pudiera estar afectada por este pecado y delito, si así se confirma". Desde el Obispado se comparte "el más absoluto respeto por la actuación de la justicia, deseando el esclarecimiento de los hechos y salvaguardando el derecho de todas las partes".

"Cualquier abuso es una ofensa a las víctimas y a Dios, y nos produce profundo sufrimiento", prosigue el comunicado en nombre del prelado.

La diócesis también quiso manifestar que la congregación de Misioneros de los Sagrados Corazones, a la que pertenece Vallespir, "colabora en este proceso con el fin de comprobar la veracidad de los hechos".

Precisamente, la delegación de Mallorca de los Misioneros de los Sagrados Corazones emitió también ayer su propio comunicado, en el que señala que "a propuesta de la congregación, el padre Antoni Vallespir ha sido relevado provisionalmente por el señor obispo de Mallorca de su cargo de prior del santuario de Lluc. Ahora bien, esta medida cautelar tiene en cuenta la necesaria presunción de inocencia en favor del padre Vallespir, a pesar de los supuestos detalles sobre estos hechos que se hayan aducido y publicado".

En este sentido, el sacerdote denunciado "tiene el pleno apoyo de sus hermanos religiosos y le será proporcionada la asistencia adecuada en estos casos", resalta la nota de prensa.

Los coritos -como se conoce popularmente en Mallorca a estos frailes- manifiestan su voluntad "clara y firme de aclarar las acusaciones, y de tomar las medidas adecuadas, siguiendo la dinámica de transparencia en estos supuestos y siempre favoreciendo los derechos de los menores, implantada en la Iglesia católica por los papas Benedicto XVI y Francisco", recuerdan. Ambos pontífices han decretado la llamada 'tolerancia cero' con el clero que se demuestre que abuse de menores.

La congregación se muestra confiada "en la rápida y justa actuación de las instancias judiciales eclesiásticas ante las que se ha presentado por ahora la denuncia", y a la vez garantiza que el cuidado pastoral del santuario y la parroquia "queda bien garantizada por los vicarios legítimamente nombrados y por la comunidad".