El presidente de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), Aurelio Vázquez, advierte de que si no se regula el fenómeno de alquiler de viviendas de uso turístico, "España podría estar hipotecando" a medio plazo uno de sus sectores clave como es el turismo.

Vázquez ha señalado que hay "una preocupación creciente" en amplios sectores empresariales por esta modalidad que, aunque no es nueva, ha pasado de ser algo puntual a ser distribuida "a lo largo y ancho del mundo" por las grandes plataformas online.

El éxito de los alquileres turísticos está vinculado al "boom" inmobiliario y a que las promotoras ven en ellos "un filón inesperado" para sus desarrollos comerciales, que se basa en que "están atrayendo a un perfil de turismo de menos capacidad de gasto", ha explicado el presidente de la patronal mallorquina.

"No estamos en contra de buscar fórmulas que se adapten más y mejor a los requerimientos de la demanda, pero hay que determinar qué demanda queremos que venga y cuál no nos interesa", ha subrayado el también consejero delegado para Europa, Oriente Medio y África de Iberostar.

Hay una demanda que "claramente lo único que hace es un uso de infraestructuras públicas y privadas que no paga y, por tanto, la contribución a la riqueza nacional es cero, y sólo contribuye a enriquecimientos limitados y marginales", ha señalado Vázquez. "Es allí donde queremos que las autoridades pongan el foco", ha apuntado.

Para Vázquez, no basta sólo con que esta oferta "alegal" pague impuestos, "algo que no tiene que discutirse", sino que es una cuestión de modelo y de cuestionarse "qué modelo turístico quiere España para los próximos 10 o 20 años".

En opinión del hotelero la legislación se debe hacer en función de los intereses como país, "para sacar el máximo rendimiento económica de la actividad turística y de las infraestructuras públicas y privadas". Vázquez opina que sólo se pueden incluir en la oferta residencial turística casas unifamiliares o pareadas, pero en ningún caso las plurifamiliares.

"No podemos meter como oferta turística española vacacional el conjunto de todo lo construido en España", ha recalcado.

En su opinión, un modelo basado en crecimientos cuantitativos exponenciales, donde España puede estar alcanzando los 90 millones de turistas en 5 o 10 años, no es el camino que interesa al país, por lo que pide una mayor implicación política en esta materia y una visión más homogénea a nivel nacional.

Vázquez ha recordado que, aunque España ha pasado de recibir 45 millones de turistas en 2000 a 63 millones que se prevén este año (18 millones más, un 40 %), la planta hotelera apenas ha crecido un 15 % y los ingresos por turismo se han reducido, lo que indica que "el modelo lleva camino de no ser sostenible ni económica ni social ni medioambientalmente".

El alquiler turístico es uno de los problemas principales del sector, pero también lo es su atomización: "Si no hacemos políticas que fomenten la concentración empresarial, posiblemente tengamos una debilidad competitiva a medio y largo plazo", ha matizado.

La fragmentación es un factor que limita la competitividad del sector de cara al futuro, al reducir su capacidad de inversión, financiación e innovación.

No obstante, Vázquez ve ahora en la necesidad de construir grandes marcas hoteleras, tarea que requiere grandes inversiones en márketing, un factor favorable a la concentración del sector.

"Los españoles somos muy buenos gestionando hoteles y, sin embargo, no hemos sido tan buenos creando marcas", ámbito dominado por los americanos, lo que se debe, según Vázquez, a que "hasta hace poco hemos vivido en un mercado de demanda, donde, en principio, la comercialización y la creación de marca no era lo más importante".

"Era más bien al revés -ha precisado-, aumentar rápidamente la capacidad y, en este sentido, el sector hotelero jugó el papel de cuello de botella de la tremenda demanda que había".