El turismo mallorquín ha alcanzado cumbres tan altas en los últimos tres años que ahora no quedan picos que escalar y toca acampar en las alturas o empezar lentamente a bajar. O eso parece, a la luz de los datos y previsiones que presentaron ayer en Palma los responsables de tres de las principales oficinas europeas de información turística del Gobierno español, las ubicadas en Holanda, Italia y Alemania. El diagnóstico difiere por países, aunque el conjunto retrata una fotografía optimista para Mallorca: la campaña turística venidera será buena, pero se antoja complicado que se sigan superando los récords marcados año tras año desde 2012.

Las primeras dudas nacen en Alemania. El responsable de Turespaña en Berlín, Manuel Butler, documentaba las previsiones de crecimiento de la economía germana para los próximos dos años, que básicamente vienen a decir que Alemania no avanzará: crecerá en torno a un 1% anual, algo menos que sus precios. Así que el motor de Europa y del turismo balear se estanca. ¿Miedo? Ninguno. Según Butler, "la economía alemana es robusta", y lo que espera es un comportamiento del consumo "más volátil". Un ejemplo: la disposición a comprar de los alemanes bajó en septiembre con el deterioro de las previsiones económicas, pero subió en octubre con resultados aún peores.

Butler ilustraba los titubeos del clima económico alemán con un ejemplo tan simpático como revelador: en la Oktoberfest de este año, por primera vez bajó el consumo de cerveza, "el combustible nacional", bromeaba Butler. Y lo cuantificaba en jarras: de 6,7 millones del año pasado se pasó a un consumo de 6,5 en 2014. Es decir, algo se nota la prudencia, pero no tanto como para que Mallorca tema una pérdida dramática de clientes.

Precios competitivos

Y menos cuando hay factores que refuerzan la posición balear en el Mediterráneo. El principal es la inflación: mientras los precios en las islas crecen un 1%, en competidores como Turquía avanzan un 9%, por el 11% de Egipto. Otros factores apuntan a una guerra encarnizada en los próximos años. Los daba el propio Butler: entre 2003 y 2012, la oferta de plazas hoteleras creció un 52% en Grecia, un 13% en España, un 68% en Turquía, un 65% en Croacia y más de un 10% en Italia y Alemania, mientras la demanda de viajes para 2015 se espera que se mantenga estable en Centroeuropa, Alemania y Reino Unido, mientras cae con fuerza en Rusia y se encoge moderadamente en Escandinavia, que acumula ya muchos años de incremento de los viajes. ¿Consecuencia? Habrá tortas para captar a los clientes.

O más bien, ya hay tortas. Los dato ya dejan marca: este invierno las reservas alemanas hacia Mallorca caen un 8%, al tiempo que se reducen un 1% las plazas de avión ofertadas desde tierras germanas, y mientras países como Egipto disparan un 65% sus reservas de invierno y Turquía se consolida como el hueso más duro de roer para el resto del Mediterráneo turístico. Con lo que el verano será bueno otra vez (o eso se intuye, que aun es pronto y se ha reservado solo una pequeña parte, pero el invierno será aún peor que el peor (el del año pasado). ¿Por qué? "Parecería que tendría que ser al revés, que con el envejecimiento de población alemana con un poder adquisitivo muy elevado, debería crecer la demanda. No es así. ¿Qué hacer? Campañas de oferta segmentada y especializada como la de la Federación Hotelera "Mallorca, un mar de experiencias") son el camino. La deriva que está tomando Mallorca de mayor estacionalidad parecen apuntar a que algo se está haciendo mal", reflexiona Manuel Butler.

Y aún así el verano irá bien. Y los siguientes también, recalca Butler. "Alemania es un mercado que nos está dando de comer y lo va a seguir haciendo los próximos años. Tienen un nivel importante de gasto, que encima crece. Con el verano pasado debéis de estar todos encantados, porque ha sido excelente, pero es cierto que Alemania empieza a dar ciertos síntomas de cansancio, y otros competidores están mejorando".

Nuevas oportunidades

A cambio surgen otras oportunidades de negocio. Con Rusia gripada y Centroeuropa, Reino Unido y los nórdicos tocando techo, hay que buscar oportunidades en mercados como el holandés o el italiano. Que las hay. Ana María Román, consejera de Turismo de España en Holanda, documentaba ayer que en 2013 las llegadas de holandeses a Balears crecieron un 8%, con otro avance del 10% en 2014 y previsión de que Mallorca avance más en 2015 en los Países Bajos. "Los touroperadores nos hablan de crecimientos del 18% para Balears en 2015", ilustraba Román, que explicaba que ahora mismo se incorpora al mercado balear Sunliner, un touroperador con vigor en Holanda.

También hay oportunidades en Italia, según la responsable de zona de Turespaña, Teresa de la Torre. Aunque no cabe esperar grandes cambios si no hay un esfuerzo importante en promoción, y desde Balears no se está haciendo, avisa. "En conversaciones con turoperadores, Mallorca solo existe como referencia de turismo barato. Hay que reposicionar la marca. Mallorca tiene muchísimo recorrido para ganar mercado. En Italia mandan muchos las modas, y del mismo modo que se puso de moda Formentera podrían hacerlo Menorca o Mallorca. Pero eso implica planes de promoción. Al fin y al cabo, de mercados hoy menos trabajados dependerá el crecimiento futuro, visto que Mallorca parece estar tan arriba que solo ve techo.