El riesgo de fractura en Més per Mallorca tras la elección de candidatos este sábado es mayúsculo. Ayer noche el coordinador de la coalición y del PSM, Biel Barceló, plantó cara al presidente de Esquerra y le invitó a marcharse de la primera línea, harto de que su personalismo torpedee el proyecto. Las acusaciones de Joan Lladó de pucherazo y racismo a sus socios del PSM e IniciativaVerds, desprestigiando las primarias tras haber quedado relegado de los puestos de salida en la lista de 2015, hicieron estallar al líder de Més.

La respuesta de Lladó al órdago fue levantarse y dar el portazo. Oficialmente todavía no se puede hablar de ruptura, pero aunque la dirección de Més se esforzará para que los independentistas sigan dentro con otro interlocutor al frente, su continuidad está muy en el aire.

La crispación acumulada en Més por la actitud del presidente de Esquerra Republicana-Mallorca (la marca de ERC en la isla) ha terminado agotando la paciencia de Biel Barceló. Desde el sábado, muchísimos dirigentes y simpatizantes de base le reclamaban una respuesta contundente contra Lladó. Ayer a las 19 horas empezó una reunión de la ejecutiva de Més que fue muy tensa y duró casi tres horas. Intervinieron la práctica totalidad de la treintena de asistentes, que reprocharon con dureza e indignación la actitud "desleal" de Lladó con el resto de socios, hasta el punto de que hubo quien directamente le conminó a salir de Més.

Llegó el turno final de Biel Barceló, que rompió con su estilo contemporizador y sorprendió a todos por su firmeza: "Te he perdido la confianza, y ya es la segunda vez. No habrá una tercera, no volveré a confiar más en ti. Me has demostrado que no puedo hacerlo", llegó a espetar a Joan Lladó. Barceló aludía a su fuerte desencuentro en la anterior legislatura, cuando el presidente de Esquerra decidió por su cuenta salir del gobierno de Francina Armengol (PSOE) en el Consell, desoyendo a sus aliados.

Acto seguido, Barceló condicionó la permanencia de Lladó en la coalición a rectificar públicamente sus denuncias de pucherazo y de que desde Més se había impedido la votación de inmigrantes. Finalmente le reclamó que diera "un paso atrás por el bien de Esquerra y de Més". Aunque no concretó su deseo, quedó claro que le invitaba a abandonar el liderazgo de la formación y que el resto de cargos en los pueblos puedan seguir en el proyecto. Barceló también le retó: "O aprendes a trabajar desde la lealtad y el diálogo, generando confianza tal y como se está haciendo en todos los espacios de Més, o no puedes continuar". Lladó entonces se levantó y abandonó la reunión, seguido de la número 2, Maria de Lluc Bauzá. Otros dos cargos de Esquerra, Cathy Sweeney y Joan Josep Pasqual, se quedaron. Ambos son fieles al líder, por lo que el plante podría estar ensayado. El futuro de Esquerra en Més es muy incierto, a la espera de cómo mueve ahora Lladó sus fichas.