Finalmente el Servei de Salut entró en razón y dio marcha atrás en lo que se refiere a la retirada de las ayudas por hijos menores y discapacitados que finalmente sí van a recibir sus empleados en los meses de noviembre y diciembre, desechando así aplicar una impopular medida que tan solo le reportaría una "liquidez" de unos 600.000 euros para poder pagar nóminas y sustituciones de aquí a final de año.

Esta decisión la comunicó ayer el propio director general del IB-Salut, Miquel Tomàs, a los representantes de los trabajadores en una reunión que trató exclusivamente sobre el abono de estos complementos. Unas cantidades que, como recalcó UGT, que denunció la pasada semana las intenciones de la Administración de retirar estas ayudas en los dos últimos meses del año, "no son ni un sobresueldo ni un regalo, sino ayudas solidarias reguladas por un acuerdo y destinadas a compensar determinadas cargas familiares y que en el momento de su negociación implicaron la renuncia a otras mejoras retributivas".

Como se recordará, estas ayudas se pagan solidariamente con el 0,6% de toda la masa salarial de los trabajadores sanitarios de esta comunidad. En la reunión de ayer el Servei de Salut informó además de que, para el próximo año, se ampliarán estas ayudas para pagar estudios y para hacer frente a gastos sanitarios como gafas, muletas, etcétera. Y para poder hacer frente a este aumento del gasto, Tomàs se comprometió a elevar, vía enmienda presupuestaria, el porcentaje de la masa salarial que se destina a estos complementos. Al inicio de la legislatura se dedicaba el 0,9% de los salarios sanitarios, porcentaje que se ha reducido hasta el 0,6% actual que ahora Salud se compromete a subir.

UGT se congratuló de que se haya desestimado recurrir a los salarios de los empleados para solucionar el recurrente problema de una deficiente financiación de la sanidad pública de las islas.