La historia se repite, aunque esta vez hay más razones para el optimismo: después de un verano de éxito y lleno hasta el récord, Mallorca se sumirá en el invierno hotelero más frío del que hay datos, que para suerte de todos dejará paso a la primavera turística más madrugadora de los últimos años. Lo confirman los datos de la Federación de Empresarios Hoteleros de Mallorca, que en un pormenorizado informe confirma que esta semana acaba la temporada, como suele. Constata la patronal de los hoteleros además que entre diciembre y febrero habrá menos establecimientos abiertos que nunca, antes de adelantar una sonrisa estadística que apunta a que se avecinan tiempos mejores: la temporada 2015 madrugará como pocas veces para llegar a abril con el porcentaje de planta hotelera abierta más alto del último decenio.

Así que pueden ver el vaso medio vacío o medio lleno, pero en esta ocasión hay más razones para verlo medio lleno. La fundamental es la que explica que este invierno turístico, pese a la sucesión de buenas temporadas, vaya a ser el de menos actividad. No es un capricho, aclaran los hoteleros, sino una inversión en futuro, toda vez que los cierres responden como nunca a obras de reforma parcial o integral de hoteles que otras veces abrían todo el año. Con lo que cierran por reforma, no por falta de ambición empresarial. "En el medio y largo plazo [esta apuesta por las reformas y los cierres masivos en invierno] redundará en la diferenciación y posicionamiento de Mallorca como destino experiencial", afirma la vicepresidenta de la patronal hotelera, Inmaculada de Benito, que con ese adjetivo feo y de moda -"experiencial"- se refiere a que los empresarios hoteleros han visto claro que el éxito en los años venideros pasa inexorablemente por reinventarse como hoteles que conjuguen la calidad del servicio, con la capacidad para segmentar el tipo de cliente y con el ingenio a la hora de ofrecer propuestas de vacaciones temáticas e innovadoras.

Todo ello tiene cifras, las del vaso medio lleno o medio vacío, usted dirá. Una que habla de vaso medio vacío: tras un septiembre estupendo y un octubre con hoteles más ocupados que en los últimos años (tanto que este otoño han estado operativas un 33% más de plazas que hace solo cuatro años), noviembre se asoma al calendario con un desplome de la oferta de plazas. De sopetón, el 49% de hoteles abiertos de octubre pasa a un 12%. Es decir, de la mitad de las plazas en funcionamiento Mallorca se viste esta semana de frío y letargo para ofrecer solo una de cada diez habitaciones a los turistas. El resto están cerradas. Tanto que este será el peor noviembre hotelero de los últimos cinco (tienen los datos en los gráficos que acompañan estas páginas).

Sin turismo en diciembre y enero

Lo mismo pasará en diciembre, cuando Mallorca seguirá con solo el 12% de sus hoteles funcionando, frente al 15% de años precedentes, que ya de por sí fueron malos en lo turístico. En enero esa tendencia se vuelve más acusada: estarán operativos el 15% de los hoteles, menos que nunca. Se empeora de ese modo el peor dato histórico, el del año pasado, cuando apenas un 17,4% de los establecimientos daban servicio. Con febrero llegan los brotes verdes (no los de Zapatero, los del turismo): un tercio de la planta hotelera estará abierta, antes de que en marzo se llegue a la mitad de las plazas disponibles para hacer caja con los viajeros, un mero calentamiento preprimaveral que dará paso a un abril que se presenta con ganas de confirmar lo que casi toda Mallorca desea, que la temporada madrugue.

Y madrugará. Según detallan los hoteleros, en abril del 2015 el 80% de los hoteles estarán a pleno rendimiento, en muchos casos tras completar las reformas que explican el cierre masivo de invierno. Y un 80% de establecimientos en funcionamiento es una cifra que llevaba años sin verse, para desgracia del mercado laboral y sus 100.000 parados. "Las antesalas de la temporada alta, abril y octubre, mejoran sensiblemente respecto al año anterior", constata Inma de Benito, cuyos datos muestra que ese 80% de planta hotelera abierta supone un avance de cinco puntos respecto al año anterior y de casi ocho sobre 2013.

Con lo que toca pasar más frío que nunca, para disfrutar de una temporada más larga y quizá intensa. Vaso medio lleno o medio vacío. Aunque más lleno en unos sitos que en otros. Junto a estas líneas están desglosadas las fechas de cierre y apertura de la mayoría de zonas, aunque apunten unas pinceladas. En Porto Colom, Playa de Muro, Colònia de Sant Jordi, Can Picafort, Camp de Mar, Calas de Mallorca y Cala Moreia la planta hotelera está cerrada sin excepción desde este mismo lunes. Algo parecido pasará en Alcúdia, el Port de Pollença, Cala d'Or, Capdepera, Cala Figuera y Cala Millor. Por su parte Magaluf sigue de resaca, tras un verano de excesos etílicos, acrobáticos y sexuales, que tiene tan desconfiados a los hoteles de la zona que en 2015 retrasarán un poco la apertura, mientras este invierno se dan a la inactividad casi absoluta.

Y sin hoteles no hay restaurantes, ni tiendas, ni servicios de apoyo, ni vida más allá de los residentes del lugar. Que no quiere decir que no haya nada. Este invierno sonará a martilleo de reformas, como confirma un dato sin precedentes, aportado por la propia Federación de Empresarios Hoteleros de Mallorca: en los próximos meses se harán obras de remodelación por valor de 500 millones de euros, un intento del sector de que el hambre de hoy sea pan mañana.

Los resistentes del invierno

Distinto es el caso de Palma y Playa de Palma, que en invierno se quedarán prácticamente como únicos representantes de la marca Mallorca en activo. La capital es de facto el destino que menos cierra, corroborando que años de trabajo para consolidar y promocionar una oferta de calidad para las escapadas urbanas de fin de semana empiezan a dar sus frutos. Tímidamente, sí, pero los da.

Con todo, queda mucho por recorrer, como reconocen sin ambages en un sector en el que aseguran que las reformas de los establecimientos de los últimos inviernos tienen como gran objetivo elevar los ingresos en verano mientras se alarga la temporada por el principio y el final. Y falta hace: según los datos de la Federación Hotelera, en 2014 los hoteles de Mallorca apenas han estado abiertos de media siete meses. Y el resto es frío invernal y recurso a la despensa veraniega para aguantar hasta la siguiente campaña récord. O eso se espera.

Aunque aún es pronto para dar nada por sentado, avisa el sector. Al fin y al cabo, el estudio de la Federación Hotelera, pese a que se asienta en una muestra de 284.956 plazas de hotel de la isla, no es más que una previsión sobre la situación actual, marcada por varios factores de incertidumbre. El mayor tiene que ver con la evolución económica de los principales clientes de la isla: con Alemania dando síntomas de vuelta a la recesión económica y el Reino Unido mirando con recelo a Magaluf, las reservas de los próximos meses serán determinantes a la hora de plantear la estrategia y calendario definitivos. De momento, 2015 pinta bien, muy bien. Mejor que 2014. Pero los hoteleros advierten de que el vaso medio lleno de hoy podría estar medio vacío mañana.