"¿Miedo? Quizás será más correcto hablar de preocupación", reconoce un dirigente empresarial de la isla cuando se le pregunta por una previsible pérdida de la mayoría absoluta de la que actualmente goza el PP balear y una fuerte entrada en el panorama político autonómico de Podemos. La posibilidad de que José Ramón Bauzá pierda el gobierno de la Comunitat Autònoma tras los comicios previstos para mediados del próximo año es contemplada por el sector empresarial como un hecho cada vez más probable, y no se oculta el vértigo que en muchos sectores genera un cambio de Ejecutivo, especialmente si en su composición entran nuevas formaciones políticas cuyo discurso dista mucho de acercarse a lo que el capital desea oír. El mensaje de Pablo Iglesias.

Esta preocupación alcanza un nivel especialmente alto entre el sector hotelero, sobre todo entre aquellas empresas cuya mayor parte de sus ingresos proceden de su actividad en las islas.

La razón de esta inquietud es fácil de explicar: "Jamás como durante esta legislatura hemos tenido tanta influencia en el Partido Popular", reconoce un dirigente hotelero, que en este aspecto destaca la labor que como grupo de presión ha ejercicio la Federación Hotelera de Mallorca desde que Aurelio Vázquez accedió a su presidencia. Y perder esa capacidad de presión preocupa en un momento en el que el sector tiene en cartera un amplio paquete de inversiones.

No se oculta que este incremento del poder hotelero de los últimos años se está viendo acompañado de efectos secundarios: otras ramas empresariales, que se han sentido menospreciadas por el Govern de Bauzá, no ocultan que verían con buenos ojos un Ejecutivo autonómico liderado por un "PSOE moderado" que estuviera dispuesto a reequilibrar las fuerzas entre los diferentes sectores económicos relacionados con el turismo. Y ante el previsible movimiento de tierras en el actual panorama político, los diferentes grupos empresariales comienzan a tomar posiciones.

Volviendo a los hoteleros, reconocen que la candidatura que previsiblemente encabezará José Ramón Bauzá en las elecciones autonómicas de mediados del próximo año parece muy tocada, tanto por méritos propios como por la ayuda exterior. En el primer apartado se cita irremediablemente el fracaso de su proyecto de trilingüismo (TIL), su batalla con el alcalde de Palma y el que la inmensa mayoría de las familias sigan sin percibir señales de recuperación en su situación personal.

Pero no se cargan las tintas solo sobre Bauzá, y se admite que el cúmulo de casos de corrupción ha dejado tocada la imagen del Partido Popular en el conjunto del país. "En el PP de Valencia están muertos de miedo", reconoce un hotelero muy vinculado a esta formación política.

¿Y si Bauzá no consigue repetir al frente del Govern, qué viene en su lugar? Y ahí entra el factor Podemos, una formación que preocupa a la mayor parte de los empresarios por unos mensajes que muchos ven como excesivamente radicales. Ciertamente, hay quien sigue considerando que se trata de un globo que pinchará en el momento de la verdad. "Tener atractivo mediático es una cosa y presentarse a unas elecciones otra. Hay que impulsar a la gente a que vaya a depositar su papeleta, y para eso hace falta contar con una estructura de partido que Podemos no tiene", opina un hotelero de la isla.

En este sentido, se asegura que no existe miedo a un nuevo Govern liderado por un "PSOE moderado" y se recuerda que tras una dura batalla con el sector del alojamiento durante su primer mandato, Francesc Antich plegó velas en el segundo y optó por una convivencia pacífica, abandonado definitivamente el proyecto de la ecotasa.

Pero las dudas se abren ante la reedición de un nuevo Pacto de Progreso en el que además de Més pudiera entrar Podemos, y ante la cuota de poder que esta última formación tendría en esta alianza, a la vista de que algunas encuestas ponen a este partido en directa competencia con los socialistas. Por ello, la esperanza radica en que el PSOE sea quien lidere cualquier coalición de este tipo.

La sensación de que José Ramón Bauzá puede ser ya carne de oposición está comenzando a provocar movimientos en algunos sectores empresariales, que buscan mejorar sus relaciones con el PSOE como posible alternativa.

De nuevo en este movimiento de piezas sobre el tablero de juego influye la enorme sintonía que PP y hoteleros han mantenido durante los últimos años, y que se reflejó en el redactado de una nueva ley turística que solo ha dejado satisfechas a las empresas de alojamiento.

Para muchos sectores empresariales ajenos al sector hotelero, el gran pecado del Govern del PP ha sido echarse en los brazos de este último, menospreciando al resto de las ramas de la economía balear. Los puntos de fricción han sido muy numerosos, e incluyen el no haber aplicado una mayor regulación a la oferta del 'todo incluido' o el autorizar una segunda actividad a los negocios turísticos que de nuevo tiene a los hoteleros como principales beneficiados. Pero la guinda ha sido la pretensión de fijar límites al turismo residencial, algo que ha puesto frente a las empresas de alojamiento y al Govern a otros muchos sectores, como el de promotores inmobiliarios o el de cadenas de alimentación.

Algunos de los sectores 'damnificados' por el poder de la patronal hotelera y de su presidente, Aurelio Vázquez, han comenzado a mover ficha, lanzando puentes para acercarse a los socialistas. Un dirigente empresarial relacionado con la oferta complementaria no tiene problemas a la hora de reconocer que ya tiene día y hora para entrevistarse con representantes del PSOE balear y que pretende hacer otro tanto con el estatal.

El objetivo es claro: conseguir el compromiso de los socialistas de que la futura legislación balear en materia turística dejará de decantarse tan claramente en favor de las empresas hoteleras y se recuperará lo que se califica como "equilibrios históricos" en el sector. Y ello pasa también por poner menos obstáculos al alquiler de apartamentos por parte de los visitantes.

Pero del mismo modo, se admite que no hay planes complementarios ante una posible entrada de Podemos en los despachos del poder. Por ello, la apuesta empresarial pasa por un president balear del PP o del PSOE. No más allá.